Androcentrismo

La Pelota vasca. La piel contra la piedra es un documental sobre todo androcéntrico. ¿Qué quiere decir esta palabreja medio griega? Es un intento de mostrar uno de los problemas del pueblo vasco, a través de la figura del varón, de sus hechos, sus análisis y de sus palabras. Desde su situación de predominio social.

Casi 60 hombres van opinando, mientras se da a conocer, sus títulos, trabajos, posición académica, sus aportaciones a la sociedad vasca, su situación de amenazados y maltratados... Sólo seis mujeres opinan, y en breves espacios, sobre cómo ven la situación, además de algunas pocas más que hablan en función de la problemática de sus maridos. Esto es androcentrismo. Pretender comprender lo humano a través del hombre y de su situación social dominante, a pesar de que el desarrollo social de las mujeres, difiera tanto del de los hombres.

Algunas mujeres, dependiendo de la conciencia que cada una tiene, de pertenecer a un grupo social con una opresión común, hemos sentido que quien ha dirigido, producido, promocionado este documental, nos ha borrado de la historia. Hay quien me ha preguntado, pero a pesar de esto, ¿qué piensas del documental? ¿ Y de la situación que trata de describir? Cuando yo exista, os lo diré. De momento, tengo que luchar por existir. Es cuestión de subsistencia. Espero que me estaréis entendiendo que cuando digo "yo" me refiero a tantas mujeres que, como ciudadanas activas, hemos trabajado, pensado, escrito, luchado, por ir transformando las condiciones sociales de este pueblo y que tenemos algo o mucho que decir, sobre todo, distinto.

Mientras veía el documental, se me ocurrían nombres de mujeres, recordaba su existencia cotidiana, sus aportaciones concretas, escritos, su participación en la lucha social de este pueblo. No tenemos nada más que mirar la realidad que nos rodea, para verlas, también, a ellas. Pero si no están en el documental, ¿Qué ha pasado? ¿Es que los hombres no las ven cuando quieren hacer historia?

Al acabar el documental, algunas personas de la sala aplaudieron. Yo no pude aplaudir, porque a nosotras, nos habían borrado de la historia de este pueblo. Y nunca podré aplaudir, ni siquiera aprobar, a quienes quieren construir una historia para mí, sin mí, es decir, sin el reconocimiento de la existencia y aportaciones de las mujeres.