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Una auditoría de Kelme revela errores contables y la 'desaparición' de beneficios extraordinarios

El informe sobre la contabilidad del grupo Kelme elaborado por la auditora Deloitte & Touche que permitió a la dirección de la empresa esgrimir el pasado junio ante el juzgado su situación de "quiebra técnica", recoge además toda una serie de errores contables y la falta de asiento de beneficios extraordinarios, al menos por una cantidad de 366.310 euros, cuyo destino es imposible precisar.

La falta de asientos contables se refiere a la venta de una parcela del Polígono Elche Parque Industrial, donde se ubica la central y las oficinas del grupo, en la pedanía ilicitana de Torrellano.

Según el documento, Kelme vendió el 7 de febrero de 2002 una parcela de 15.715 metros cuadrados por un valor de 1.786.917 de euros. Tal parcela estaba incluida en "el activo del balance de situación del grupo antes de su venta por importe de 968.362 euros", una cantidad que se adeudaba a entidades bancarias. Por lo tanto, el beneficio extraordinario que Kelme debió registrar, en opinión de los redactores del informe, fue de 818.855 euros. "Sin embargo, el grupo ha registrado un beneficio por esta operación de 452.545 euros", afirma el auditor. Y a continuación se pregunta dónde está la "diferencia entre ambos beneficios (366.310 euros)" a la vista de que "no hemos podido verificar la exactitud del beneficio registrado contable por el grupo por importe de 452.545 euros, ni en consecuencia el efecto de dicha disciplina política en el patrimonio del mismo".

Fuentes consultadas dentro de la empresa indicaron que se produce, "en muchas ocasiones una distracción entre el patrimonio personal de los principales accionistas de la empresa y el patrimonio de la empresa".

Sin embargo, este no es el único error detectado en el informe. También describe problemas en el estudio de las pérdidas y ganancias del grupo en su apartado de "análisis de ventas" en torno al "importe de la cifra de ventas", errores contables que no han sido explicados por los responsables del departamento.

El redactor explica que "el grupo no ha sido capaz de justificar la diferencia existente entre las ventas registradas en el sistema contable y las registradas en el sistema informático". Es decir, que los datos incorporados a los ordenadores de la multinacional contabilizaban pedidos y facturas con importes más elevados que los registrados en el sistema contable, que es el registro oficial de facturas de cualquiera de las empresas.

Esta fue, precisamente, una de las tesis esgrimidas por uno de los trabajadores durante el juicio por despido celebrado en el Juzgado de lo Social de Elche el pasado 30 de junio, y que fue resuelto por la magistrada a favor de la empresa. La representación legal del trabajador presentó esta semana un recurso de casación ante la sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana. El trabajador ha aportado en el recurso varias facturas que, según su representación legal, demostrarían la existencia de una doble caja en la empresa.

Durante el juicio, los directivos de Kelme pusieron de manifiesto la situación de "quiebra técnica" que atravesaba la empresa con unas pérdidas acumuladas de 32 millones de euros, que luego redujeron a 25 millones, y una radical falta de liquidez. Según su relato, la facturación del grupo había caído desde 1999 en torno a un 25% y las exportaciones casi en un 60%.

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