Una marea negra imparable

El guión no cambia. Los cuartos de final de la V Copa del Mundo que se disputa en Australia comenzaron con los triunfos de los favoritos, aunque la imagen de los dos primeros semifinalistas fue bien distinta. Mientras Nueva Zelanda, en el gran choque de ayer, arrolló, 29-9, a Suráfrica, Australia no convenció, 33-16, ante Escocia, un rival más flojo que mantuvo el tipo toda la primera parte y forzó muchos errores de los Wallabies anfitriones. Los All Blacks, en cambio, convirtieron su gran revancha ante los Springboks en una marea negra imparable. Fue su primer triunfo sobre los surafricanos en Copa y una revancha de la derrota sufrida en la final de 1995 en el Ellis Park de Johannesburgo, cuando también eran favoritos.

Los prolegómenos del gran partido fueron ya elocuentes. Los All Blacks hicieron su haka, la danza ritual guerrera con especial rabia. Los Springboks no se pusieron enfrente aceptando el reto habitual, sino que se quedaron lejos, en grupo, cantando, en otra contestación de desprecio. Poco después, en el campo, el dominio neozelandés fue espectacular. La rapidez fue tal que pareció un duelo de guepardos contra elefantes. Y los felinos fueron incluso capaces de frenar a los paquidermos. Asombroso. Los All Blacks pudieron ganar por mucha mayor diferencia tras una exhibición de dinamismo no sólo de los tres cuartos, sino también de los delanteros. Y para poner la guinda, el medio apertura Spencer destapó el tarro de sus genialidades. Primero fue una escapada de 40 metros para dejar en bandeja el primer ensayo al centro McDonald. Al final, un pase de lujo, por debajo de las piernas, de espaldas, para que Rokocoko lograra el tercero tras una melée. Antes, después de otro reagrupamiento de delanteros, el talonador Mealamu, un pequeño Lomu, se fue 20 metros de cuatro rivales, incluso colgados, para conseguir el segundo que zanjaba ya las pocas posibilidades de reacción que se les veía a los Springboks.

Suráfrica hizo cambios y no le funcionaron. La rapidez rival le privó del balón y no pudo defender bien porque el ritmo neozelandés no decayó nunca. El propio Rokocoko, más rápido en ataque que el siempre recordado Lomu, pero menos potente, perdió un ensayo por su mayor fragilidad, pero se permitió, a cambio, colaborar con dos compañeros en sacar fuera del campo, cerca ya de los palos y de la línea de ensayo, a dos rivales con placajes contundentes. Fueron coletazos de los Springboks, a los que les costaba llegar a campo rival y apenas sacaron golpes de castigo porque los All Blacks defendieron bien, sin faltas. Y con esa mezcla explosiva de maorís y anglos, en una integración ya vieja, al revés que los Springboks, en los que sólo jugó un negro, el ala Willemse. Mvuleli Ncula, director ejecutivo de su federación, lo juzgó como "anormal". Antes de la Copa se produjeron ya acusaciones de segregación racial que parecen no terminar nunca.

Australia, por su parte, no pudo entrar por la muralla de Escocia hasta que en la segunda parte logró el primer ensayo Mortlock tras interceptar el balón Harrison. Luego sumó dos más, pero el que acabó encajando al borde del final del partido fue significativo. Sus delanteros se derrumbaron ante el empuje escocés y tras la exhibición anterior de los All Blacks, toda Australia se pregunta ya cómo podrán evitar una posible humillación en semifinales.

Hoy (8.30 y 11.00, Canal+ Deporte 2) Francia e Inglaterra deberán seguir el guión ganador ante Irlanda y Gales, respectivamente. Sólo los irlandeses parecen con capacidad para romperlo.