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Reportaje:

Detrás de la evidencia

Detectives europeos se reúnen en Jerez para unificar criterios y desmitificar la profesión

No se han visto grandes lupas, ni gabardinas mugrientas. Tampoco persecuciones espectaculares o tiroteos. Es más, la mayoría de los huéspedes ni siquiera ha reparado en que el hotel Montecastillo de Jerez albergaba este fin de semana el tercer Congreso Europeo de Detectives Privados. Y es que estos profesionales son mucho más discretos que sus colegas cinematográficos. Javier Iglesias, presidente de la Asociación Profesional de Detectives Privados de España (APDPE), asegura que la realidad del colectivo tiene muy poco que ver con "deportivos chillones y rubias explosivas", aunque la profesión goza en España de muy buena salud y tiene bien claro cuál es su papel y dónde están sus metas. El congreso, que ha reunido en Jerez a más de 300 detectives, ha servido para, en palabras de Iglesias, "sentar las bases para una posible unificación de criterios en Europa" y conseguir una normativa común que destierre las enormes diferencias legislativas que mantienen los países con respecto a este colectivo.

Pero de las asambleas y reuniones de este fin de semana ha salido también una propuesta práctica: la creación de la figura del detective de oficio. Con un funcionamiento similar al de los turnos de oficio de la abogacía, los detectives podrían jugar un destacado papel para evitar, por ejemplo, casos de violencia doméstica. "Queremos ayudar a las familias con pocos recursos que no están conformes con las actuaciones judiciales o policiales. Creemos que se daría un paso muy importante en los casos de malos tratos si los políticos de este país aceptaran la figura del detective de oficio", asegura Iglesias.

El Congreso de Jerez también ha servido para desmitificar la imagen de estos profesionales. Ya apenas se reciben encargos sobre infidelidades de pareja y es el ámbito empresarial el que ha tomado un mayor protagonismo. Informes sobre trabajadores y grupos empresariales de la competencia, encargos en círculos financieros y detección de fraudes a las aseguradoras llenan las agendas de los detectives privados.

En el plano de las relaciones personales, la mayoría de los casos viene de parte de padres que quieren vigilar a sus hijos y están relacionados también con informes sobre la solvencia económica de personas, habitualmente en procesos de separación, que son trasladados a los juzgados de familia para la fijación de pensiones compensatorias o alimenticias.

Este sector también ha tenido que adaptarse a las nuevas tecnologías. Según Javier Iglesias, "hoy, a través de los sistemas informáticos, se obtiene muchísima información y es necesaria su utilización, aunque los medios de los detectives no son especialmente aparatosos".

En la actualidad, algo más de 160 detectives se encuentran en activo en Andalucía, la tercera comunidad española en número de profesionales del sector. En opinión de José María Romero, delegado en la región de la APDPE, los detectives andaluces tienen un problema añadido en comparación con otros colegas españoles: la ausencia de un colegio profesional y el rechazo de la Junta a su creación.

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