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BNG y PP se alían para votar juntos la petición de dimisión del alcalde Pérez Mariño

El alcalde de Vigo tuvo que suspender el pleno ante el riesgo de altercados entre los asistentes

BNG y PSdeG-PSOE acentuaron sus diferencias en el pleno municipal celebrado ayer en Vigo. Los nacionalistas volvieron a tener el respaldo del PP (17 votos en total) en la petición de que el alcalde, Ventura Pérez Mariño, renuncie al cargo. Votó en contra el grupo socialista y los dos concejales independientes (10 votos). El alcalde, que tuvo que suspender la sesión por los riesgos de altercado entre el público que había acudido, respondió a través de los medios de comunicación que no dimitirá, e instó a sus detractores a presentar una moción de censura, "si realmente creen que hay una situación de desgobierno en la ciudad". Él dio datos que demostrarían lo contrario.

Pero la tormenta no amaina desde que el pasado 14 de octubre el alcalde de Vigo, Ventura Pérez Mariño -que encabezó como independiente la lista del PSOE-, decidió cesar a todos los concejales nacionalistas de su gobierno. Gracias a los votos de éstos, fue investido alcalde de Vigo.

El motivo ostensible de ruptura, que planea sobre los pactos BNG-PSOE en toda Galicia, fue la elección del gerente de Urbanismo: BNG y PP impusieron un candidato contrario al que pretendía el PSOE y eso fue, en palabras del alcalde, "la gota que colmó el vaso". En su versión, los nacionalistas iban por libre y él quería presidir un gobierno único.

El BNG ha proclamado desde entonces su voluntad de llegar a acuerdos con el PSOE, pero mediante previa dimisión del alcalde. Las tentativas, ciertas o fingidas, de acercamiento entre ambas fuerzas han venido a reforzar, sin embargo, las divergencias. "Engañaron a sabiendas", acusaba ayer Xavier Toba, el portavoz nacionalista, recordando el pacto suscrito por ambas fuerzas en vísperas de la investidura. "Usted ha declarado que por gusto habría roto el pacto el primer día", añadió Toba. "Vulneraron principios de la honestidad política, llegaron al gobierno con astucia y despotismo".

"Dos gobiernos"

Ese "primer día" fue matizado ayer por el alcalde Pérez Mariño. No hay que tomarlo en sentido estricto. "Enseguida denotamos la falta de participación del BNG en el gobierno único que habíamos comprometido. Hubiera sido más sencillo cerrar los ojos, pero se lo hicimos saber. Denotamos que había dos gobiernos y les dijimos que así las cosas irían mal, sin perder la ilusión de que la situación se modificase. Querían estar en el poder, pero no compartirlo. Y tuvimos infinidad de pequeños desencuentros, hasta el final".

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Pérez Mariño tuvo que hacer estas declaraciones ante los medios de comunicación, no ante el pleno municipal como hubiera deseado, según dijo, porque él mismo tuvo que suspender la sesión cuando iba a explicarse. El público, dividido y enardecido desde que entró en la sala, fue amenazado varias veces de expulsión.

Unos pedían su dimisión, ("Mariño dimisión, Mariño dimisión", gritaban, con algún que otro improperio aislado), y otros, ("¡Mariño, Mariño!"), que continuara. Los insultos que procedían de quienes animaban a Pérez Mariño a seguir en su cargo eran para los nacionalistas. En total, fue hora y media de murga y griteríos.

La propuesta del BNG reprobó al grupo socialista y al alcalde "por constituir un gobierno en minoría, ilegítimo, que no garantiza la gobernabilidad y que no obedece a los resultados de las últimas elecciones"; requirió un cambio en la conducta "arbitraria e irresponsable" de los socialistas y, al alcalde, "su inmediata renuncia al cargo".

También el PP considera a Pérez Mariño "un alcalde ilegítimo", instándole a que deje el cargo durante 15 días, renegocie el pacto de gobierno y se presente de nuevo ante el pleno. La única propuesta que se votó fue la del BNG.

"Cruzada"

La portavoz socialista, María Xosé Porteiro, estuvo conciliadora, tachó de "cruzada" esa demanda de dimisión, dijo querer gobernar con el BNG, pero también estar dispuesta a hacerlo en minoría. "Somos gente honrada. Estamos aquí, en todo caso, por cumplir con nuestra obligación y con nuestra conciencia", dijo.

Luego el alcalde reafirmó esa voluntad de seguir. Al menos hasta que le pongan una moción de censura: los acuerdos de ayer no eran vinculantes. "Por libre voluntad, nos iremos cuando presenten una moción de censura. La aceptaremos democráticamente". "Tenemos la legalidad de origen de la investidura, y un pacto de gobierno no implica que haya de mantenerse todo el mandato", argumentó.

El BNG no ha decidido aún si presentar la moción de censura. La alternativa sólo podría ser la candidata del PP, Corina Porro.

Ventura Pérez Mariño, en su despacho.
Ventura Pérez Mariño, en su despacho.LALO VILLAR

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