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Crónica:FÚTBOL | Copa de la UEFA
Crónica
Texto informativo con interpretación

Luis García agita al Barça

Los azulgrana golean al Panionios en un partido muy fácil, en el que Kluivert marcó de nuevo

No podía ser de otro modo. El Barça no podía salir de Atenas con otro signo que no fuera el de la victoria y la eliminatoria prácticamente resuelta ante un rival, el Panionios, que se encuentra a años luz en la galaxia del fútbol. Bastante había tenido ya el equipo azulgrana con el maltrago en casa del Púchov, en la primera ronda de la competición europea, como para repetir la experiencia. Frente al Panionios, el equipo de Rijkaard, muy mejorado respecto a su estreno europeo, dio una imagen bien distinta. Se abonó al pragmatismo e hizo un partido de lo más prosaico. Como si se hubiera aliado con los dioses del cercano Olimpo, encarrilló el encuentro antes de concluir la primera parte con un gol de Luis García, lo remató nada más iniciar la segunda con un bonito tanto del recuperado Kluivert y le puso la guinda con una falta magistral lanzada por Xavi cuando el encuentro ya moría.

PANIONIOS 0 - BARCELONA 3

Panionios: Drobny; Giuliano, Giannopoulos, Smiljanic, Vlacek, Giorgiopoulos; Majewski, Pino (Liolidis, m. 76), Raguel, Kontis; y Klimek (Mantzios, m. 65).

Barcelona: Rüstü; Gabri, Puyol, Cocu, Van Bronckhorst; Xavi, Márquez, Ronaldinho (Luis Enrique, m. 61); Quaresma (Overmars, m. 73), Saviola (Kluivert, m.45) y Luis García.

Goles: 0-1. M. 42. Xavi abre para Luis García, que recorta a Smiljanic y remata con la derecha; la pelota dobla las manos del portero, que rechaza mal. 0-2. M. 47. Luis García habilita a Kluivert, que controla y remata cruzado a la red. 0-3. M. 91. Xavi transforma un libre directo desde la frontal del área.

Árbitro: Jacek Granat. Polonia. Mostró la tarjeta amarilla a Klimek, Giorgiopoulos, Majewski y Gabri.

Nea Smyrni: Lleno, 15.000 espectadores.

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No tenía demasiadas alternativas el Barça ante un adversario que puso mucho empeño pero muy poco fútbol. Puede que el Panionios se maneje bien en la Liga griega, que no haya encajado ninguna derrota en casa, pero resultados aceptables no siempre son sinónimo de saber jugar al fútbol. Los pupilos de Josev Bubenko le ponen interés, eso es indiscutible, buenas dosis de desgaste físico también, pero poco más. Su inocencia ante el marco de Rustu, al que Rijkaard concedió la titularidad después de que el meta turco pidiera por lo bajo y con buenos modos minutos de juego, fue elocuente. Casi tanto como la práctica ausencia de jugadas elaboradas de los griegos, capaces sólo de jugar a la contra.

El Barcelona, que salió al césped de Nea Smyrni con el dibujo que le ha permitido encadenar cuatro encuentros muy completos, se encontró con un campo pequeño y con un rival dispuesto a destrozar cualquier atisbo de juego. Y durante buena parte de la primera parte lo logró. Trabado por la dureza de los griegos, el equipo de Rijkaard se contagió del juego del Panionios y apenas logró trazar alguna jugada de riesgo. Sólo Ronaldinho, como siempre, brillaba ante la apatía general. Una vez más, el brasileño se echó el equipo a la espalda y activó el ataque de un Barça que se había mostrado muy poco incisivo. De sus botas salieron las jugadas más brillantes y los centros que, ora Luis García ora Saviola, se empeñaban en desperdiciar. Hasta que, muriendo la primera parte, en una jugada no exenta de fortuna, Luis García abrió el marcador. A pase de Xavi, el canterano buscó su sitio en la frontal del área y, de fuerte chut, batió a Drobny, después de que al meta checo se le escapase el balón de las manos.

El Barça respiró entonces y se conjuró en el descanso para rematar el encuentro a las primeras de cambio. Lo hizo Kluivert. Relegado a la suplencia desde hace semanas, el holandés quiso agradecer con un gol las palabras del presidente azulgrana la víspera. Laporta había sugerido que el de ayer era un buen encuentro para que Kluivert recuperara la confianza y el holandés no le defraudó. Marcó de remate espléndido a pase de Luis García y aportó después algún que otro detalle de calidad que sirvió par adornar un partido de lo más anodino. Faltaba la guinda y la puso Xavi. En el tiempo de descuento ya, lanzó magistralmente una falta cometida al borde del área y sumó el tercer tanto que le asegura al Barça un encuentro de lo más plácido en el Camp Nou.

Ronaldinho salta por encima de un jugador del Panionios.
Ronaldinho salta por encima de un jugador del Panionios.REUTERS

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