Andrzej Seweryn viene a España como Don Juan con la Comédie

El polaco Andrzej Seweryn, actor fetiche de Andrej Wajda y uno de los hombres más sólidos del teatro europeo, se encuentra en España con la emblemática Comédie Française (de la que es miembro sociétaire), y uno de sus títulos señeros desde que este organismo se fundara en 1680, el Dom Juan, de Molière, con puesta en escena de Jacques Lassalle, que se puede ver desde ayer y hasta el sábado en el teatro de la Zarzuela, de Madrid, dentro del Festival de Otoño.

Seweryn confesó ayer sentirse muy intimidado por actuar como Don Juan en la patria del mito: "Confío en ustedes y en su indulgencia", dijo sin un ápice de ironía. "Somos muy respetuosos con esta tradición que Molière conoció a través de Italia y de Tirso; él se limitó, como otros, a hacer su lectura". Para el actor polaco, esa lectura es la que nos muestra que el problema de Don Juan es Dios y no las mujeres.

Seweryn tiene una insólita e incuestionable carrera. Trabajó en su país con los más grandes: Grotowsky, Tadeusz Kantor y Andrzej Wajda, convirtiéndose en uno de los actores imprescindibles del cine y el teatro de este último director (La tierra de la gran promesa, El director de Orquesta, El hombre de hierro, Danton, La venganza). Además, ha trabajado con realizadores como Marco Bellocchio o Steven Spielberg. Pero es en teatro donde Seweryn se compromete hasta la médula y donde trabaja incansablemente desde 1969.

Unas veces como actor, a las órdenes de directores como Patrice Chéreau, Antoine Vitez o de nuevo Wajda, sin olvidar su trabajo con Peter Brook como protagonista de la versión inglesa y francesa del mítico Mahabharata. Otras, como director de obras de Shakespeare o Chéjov. También es profesor de arte dramático en el Conservatorio Nacional de Arte Dramático de Francia.

Pero lo que más ha marcado su carrera escénica es su ingreso en la Comédie Française en 1993, institución en la que incorpora como sociétaire en 1995. Y es que esta compañía estable, una de las más antiguas que existen en Occidente, se formó, a instancias de Luis XIV, con los compañeros de Molière a la muerte del dramaturgo. Acoge un máximo de 70 actores, unos en calidad de sociétaires (una parte de su sueldo va a parar a la institución, cuyas ganancias se reparten entre estos actores) y otros como pensionnaires (pasan a formar parte de la compañía como contratados). Todos trabajan sólo para este organismo y de manera excepcional, y, con permiso, pueden hacerlo en otro sitio, aunque si es en París, sólo en un teatro nacional.

"La compañía ha sobrevivido a todos los regímenes y avatares políticos: realeza, república, restauración, imperio, Revolución Francesa (etapa en la que se dividió en dos)....", dice Marcel Bozonnet, actual administrador general de la Comédie, compañía que no sólo se limita a conservar la tradición de los textos y oficios teatrales, sino que recurre a los mejores y más vanguardistas directores del mundo, como Bob Wilson (que montará esta temporada fábulas de La Fontaine), Georges Lavaudant, Lucca Ronconi, Giorgio Strehler, Mattias Langoff, Piotr Fomenko, Jean-Louis Benoit o Jorge Lavelli.

La Comédie Française acudió en 1983 a Barcelona con otro Dom Juan, dirigido por Jean-Luc Boutté y protagonizado por Josep Maria Flotats, por aquel entonces sociétaire y primer actor de la Comédie.

Este Dom Juan está dirigido por Jacques Lasalle, hombre ligado hace tiempo a la Comédie. Lo montó hace 10 años con el mismo protagonista. Se representó hasta 1996 y el año pasado se retomó para grabarlo en televisión y hacer una gira que terminará en 2004 en Polonia.