"¡Esto es un escándalo!"
Yves Reznik, un endocrinólogo francés, inyectó gonadotropina coriónica humana (hCG, una hormona que incrementa la producción de testosterona) e insulina a 10 personas y con ello demostró que los mamíferos producen de forma endógena una pequeña cantidad de metabolitos de nandrolona, es decir, de la 19 norandosterona que tanto está haciendo sufrir a Carlos Gurpegui. Tras explicar que después de la estimulación con hCG se incrementa en un 250% la cantidad de 19 norandrosterona en orina, y que todo parece indicar que en el proceso intervienen las enzimas aromatasas -argumento también utilizado por Padilla-, el estudio llega a la conclusión de que el límite de 2 nanogramos por mililitro de orina fijado por las autoridades antidopaje es un umbral seguro.
Un estudio similar a éste es el que pretendió Sabino Padilla llevar a cabo con Gurpegui en las instalaciones del Consejo Superior de Deportes (CSD). "Era una prueba de esfuerzo máximo y ya teníamos preparado el local, el tapiz rodante, el material para la toma de muestras, todo... Pero en cuanto nos dijo Padilla que había que proceder a su estimulación previa con hCG pusimos el grito en el cielo", explica Guillermo Jiménez, director general de Deportes y presidente de la Comisión Nacional Antidopaje. "Primero porque la hCG es una sustancia prohibida, dopante, y de ellos ahora mismo hay un deportista cumpliendo dos años de sanción por dopaje con hCG, y nos parecía escandaloso que pretendiera utilizarla con un deportista en unas instalaciones oficiales, y, segundo, porque como todos los estudios dicen, la administración de hCG genera inevitablemente la producción del metabolito de la nandrolona. Así que creo que es un escándalo que después, en sus estudios privados hayan dopado a Gurpegui para estimular su producción endógena de nandrolona".
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