Makukula rescata al Valladolid

Una hora después de iniciado el partido, el entrenador del Albacete, César Ferrando, movió su banquillo, rectificó las posiciones y cambió el sistema. Comenzó entonces algo diferente. La desidia del Valladolid se tornó histeria y la blandenguería del Albacete velocidad, desborde... fútbol. El Albacete terminó por ser mejor que el Valladolid, lo dominó, lo encerró en su área y le dio un tremendo mal rato a Bizarri. Pero carece de lo que esta temporada ha aparecido en el Valladolid, el delantero centro de toda la vida. Ése es Makukula, un tipo no muy técnico, pero bastante rápido, espléndido de cabeza y que se dedica a tener ocupado a los centrales.

La tarde comenzó sosa, como casi siempre. A los de Fernando Vázquez les cuesta leer los comportamientos rivales y la baja de Sousa, su mejor futbolista en el inicio del campeonato, comenzaba a notarse en exceso. El técnico había vuelto a los dos medios centro en vez de los dos medias punta con los que había ganado al Athletic y empatado en Sevilla y el equipo vio mermada su profundidad sin ganar solvencia atrás. Pero, poco a poco, se hizo con el control y llegó el penalti que Makukula se empeñó en tirar en detrimento de Jesús, el lanzador habitual. Lo falló y el rechace lo envió Julio Cesar, a puerta vacía, fuera del estadio.

Makukula sintió el error y puso en marcha todo su repertorio de salto y remate para conseguir su quinto gol. El Valladolid no quiso hacer más y se lo dejó todo: balón, dominio e iniciativa a los de Ferrando, que, de momento, no supieron qué hacer con ello. Pero, tras el descanso, Parri, el jugador con más clase entre los suyos, retrasó su posición, se asoció con Aranda y Mikel y... comenzó el asedio. El Albacete merecía más. Parri puso una falta en la escuadra y se encontró con la manopla de Bizarri y Munteanu remató al palo.

Entonces volvió a aparecer Makukula para recordar que tiene la portería pintada en la cara. Consiguió despejar el agobio con un par de carreras en diagonal y, cuando el partido concluía y el Albaceta más apretaba, agarró la pelota en el medio del rectángulo, forcejeó con el central y se marchó hacia Roa, que no tuvo otra que derribarle. Penalti, expulsión y gol de Losada. Para el Valladolid fue el séptimo punto en una semana que ha despejado las dudas en torno a Vázquez y que le ha alejado, de momento, de los puestos del descenso.