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Protesta contra el ingreso en prisión de un guardia civil por una falta

Unas cincuenta personas, en su mayoría familiares de agentes de la Guardia Civil, se concentraron ayer ante la Comandancia en Valencia como protesta por la orden de ingreso en prisión del agente Miguel Gómez, adscrito a Sagunto, por comerse un bocadillo en una estancia equivocada. A las 10.00, en compañía de representantes del sindicato CC OO, de Pepa Andrés, diputada por el PSPV, y de Joan Ribó, coordinador general de EU, los concentrados -en su mayoría mujeres- desplegaron dos pancartas en las que se podía leer: "La Guardia Civil de ayer es la de hoy con más suicidios y prisiones" y "Basta ya de privación de libertad".

La Asociación de Familiares y Simpatizantes por la dignidad de los guardias civiles, convocante del acto, rechazó el funcionamiento militar al que están sometidos los agentes del cuerpo, a los que se aplica el Código Penal militar por faltas de carácter leve. Según ellos, Miguel Gómez se comió un bocadillo en una sala que porque se había roto un cristal se había convenido no utilizar. El abogado de Gómez, Francisco Fernández, agregó que "a los guardias civiles se les aplica un castigo castrense cuando el mismo hecho sería para cualquier otro funcionario o agente de la policía una mera sanción administrativa".

Tanto el PSPV como EU reclamaron la regularización democrática del instituto armado.

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