Tres goles como tres soles
El Barcelona consigue su primer triunfo como local frente a un Murcia inconsistente
No hay quinto malo, o al menos eso se suele decir, y el Barcelona se anotó ayer el primer triunfo del campeonato en su casa después de cuatro intentos fallidos. El triunfo azulgrana fue tan indiscutible como la calidad de sus goles, muy por encima del entrejuego, generalmente vulgar. La aportación de Saviola y Luis García, así como la entrada de Xavi, fueron asuntos capitales en un partido muy fácil de resumir.
Rijkaard ha encontrado una alineación en sintonía con la mayoría de la hinchada, por novedosa y revolucionaria, y hasta cierto punto equilibrada, así como resolutiva. Otra cosa es si el equipo titular que viene jugando es el más acertado, sobre todo, en los partidos en los que tiene que tomar la iniciativa. La ausencia de un medio centro impide a menudo el despliegue exigido en los partidos de casa frente a adversarios bien parados, como bien quedó demostrado en el segundo acto, mejor que el primero, sobre todo por el dinamismo que aportó un jugador del estilo de Xavi.
BARCELONA 3 - MURCIA 0
Barcelona: Víctor Valdés; Reiziger (Óscar López, m. 78), Puyol, Cocu, Van Bronckhorst; Gerard (Márquez, m. 68), Motta (Xavi, m. 46); Quaresma, Ronaldinho, Luis García; y Saviola.
Murcia: Sánchez Broto; Juanma, Cuadrado, Pedro Largo, Carreras; Luis García, Acciari, Jensen (Roberto Fresnedoso, m. 80), Michel (Clavero, m. 30); Richi y Karanka.
Goles: 1-0. M. 39. Saviola controla un pase de Ronaldinho y remata con la zurda ante la impotencia de Sánchez Broto.
2-0. M. 55. Xavi culmina en la boca del gol una jugada trenzada entre el propio medio centro, Saviola y Luis García.
3-0. M. 65. Saviola abre para la izquierda, por donde progresa Luis García, cuyo centro lo remata Ronaldinho.
Árbitro: Rodríguez Santiago. Amonestó a Saviola y Cuadrado.
Camp Nou: 55.000 espectadores. Broto jugó como titular por enfermedad de Juanmi.
Tanto a Gerard como a Motta, futbolístas físicos y de recorrido, capaces de abrir y cerrar, les cuesta lanzar a la segunda línea y conectar con los laterales, combinar y darle también continuidad al juego. No mueven al equipo. Tienen, sin embargo, la capacidad suficiente como para armar un gol, como se vio en el tanto de Saviola, que siempre pica más como segundo que como primer delantero. Gerard abrió para Ronaldinho y el brasileño cambió para Saviola, que recibió en franquicia después de que Quaresma se quitara de la jugada de manera inteligente. El argentino controló la pelota con la zurda como pudo y con la misma pierna la pegó a la red. Pese a que el gol no tuvo mayor incidencia sobre la primera parte, la hinchada alcanzó el descanso alividada, después de un buen rato de somnolencia. Le costaba mucho al Barcelona ligar una jugada con cara y ojos. Frente a los pelotazos de Puyol y Cocu, estériles ante la ausencia de un delantero físico como Kluivert, las apariciones de Ronaldinho y Quaresma se presentaban como únicas alternativas.
El brasileño mejora cada pelota que recibe de la misma manera que el portugués convierte cada balón en un asunto de vida y muerte entre él y cuantos le salen al paso. A la que Quaresma supo leer la intención de Ronaldinho, el Barça se apuntó el primer gol. El Murcia había aguantado sin mayor dificultad, a partir de un equipo especialmente valiente, hasta que se lesionó Michel, su mejor futbolista. A la salida del media punta forastero siguió el gol de Saviola y dejó en entredicho el trabajo del plantel de Peiró, que había sido bastante interesante, sobre todo por su capacidad para juntarse, presionar y tapar la línea de pase azulgrana hasta matar el partido.
La salida a la cancha de Xavi por Motta ayudó al Barça a centrarse, aunque quedó desplazado al flanco izquierdo y su impacto sobre el fútbol del equipo fue menor del esperado. Xavi, en cualquier caso, le dio más movilidad a un plantel falto de ritmo, lento y poco profundo. El segundo gol bendijo al medio centro: Xavi tomó la pelota, combinó con Saviola, el argentino habilitó a Luis García y el centro del catalán lo remató el propio Xavi, convertido en origen y final del tanto.
Parecido e igualmente bonito fue el tercer gol, con Saviola habilitando nuevamente a Luis García, otra vez desequilibrante en el flanco izquierdo y poniendo la pelota para la llegada de la segunda línea: en esta ocasión, el gol lo firmó Ronaldindho, que no perdona una.
Los goles ayudaron a llenar el partido, que por lo demás, resultó plomizo e incidió en asuntos ya sabidos: el buen momento de Luis García, la habilidad de Saviola para sacar a los centrales y jugar desde la frontal del área, el buen gusto de Ronaldinho y también la capacidad de Xavi para no oxidarse. El detalle novedoso fue, a última hora, la alineación de Márquez en el doble pivote. El mexicano le dio más consistencia al Barça para desespero de un Murcia que acabó por aplaudir los goles azulgrana en su primera victoria como local. Hubo tres goles como tres soles.
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