La gaditana Ana Salazar funde lo jondo con la canción francesa al rendir homenaje a Edith Piaf en un disco

En la tupida red de parentescos que el flamenco ha tejido en las últimas décadas, el último pespunte es la fusión de lo jondo con la canción francesa. Un mestizaje que ya ha puesto en órbita a su primera estrella, la gaditana Ana Salazar. Tras un primer disco promisorio, Flamenco move, esta cantaora y bailaora conocida por su trabajo con Eva La Yerbabuena, Rafael Amargo, El Pipa o Antonio Canales entre otros, acaba de rendir homenaje a Edith Piaf en su último proyecto discográfico.

Ana Salazar canta a Edith Piaf es el título bajo el cual la artista ha reunido 11 temas clásicos de la cantante parisina interpretados en clave flamenca. "Después de intervenir en el proyecto colectivo La chanson flamenca, donde yo cantaba Las hojas muertas, de Yves Montand, me propusieron hacer Más azul que tus ojos, que en el disco iba cantado por Manuel de María. Lo hice muy mío, me encantó, y así surgió la idea del homenaje a Edith Piaf", recuerda Salazar.

La gaditana afrontó el desafío sin pudores ni complejos: "Me he criado en el flamenco, pero no me considero purista", asegura. "Soy una chica del 2003 y me apetece jugar, conocer más, sin dejar por ello de respetar muchísimo ese arte". El proceso de creación del disco no estuvo exento de tensiones y momentos en que Salazar pensó que no sería capaz de superar la prueba. "He llorado al principio cuando adaptábamos los temas, pero creo que eso le pasa a todo el mundo cuando afronta un trabajo como este. Temía no hacerlo con dignidad. Edith Piaf es una diva universal, el gorrión de París, y yo sólo tengo 25 años", dice.

Lo cierto es que el resultado no ha podido ser más satisfactorio para la gaditana, que ha recibido el premio de la Sociedad de Autores de Francia -donde fue editado antes que en España- y una lluvia de piropos por parte de ilustres coetáneos de la Piaf, como Aznavour o Moustaki. "Estuve una semana con ellos y fue muy emocionante para mí", comenta Ana Salazar. "Yo había leído mucho sobre la vida de Edith Piaf y sobre ellos. Su felicitación me hizo muy feliz, no me lo creía".

Aunque su admiración por la Piaf es evidente, Ana Salazar no acaba de identificarse con la vertiente trágica de la cantante francesa. "He pasado también mis cosillas, pero sobre todo me veo reflejada en su manera de amar", afirma. "Me conmueve la vida de esta señora como la de Camarón. Fueron dos vidas muy intensas y de finales dramáticos, pero desde luego no me gustaría padecer de ese modo. Tengo que cuidarme si quiero seguir haciendo lo que hago", afirma.

Pese a haber recorrido medio mundo con las distintas compañías en las que se ha enrolado, Ana Salazar sólo ha actuado una vez en Cádiz. Fue en 1996, en un recital colectivo en la sala Central Lechera. Y aunque hasta ahora ha vivido al trote entre Madrid y Barcelona, no ve la hora de regresar a Andalucía.