Dilema en la izquierda
La formidable irrupción de Fran vuelve a relegar a Luque, que vivía su mejor etapa en el Deportivo
No hay titular del Deportivo, por muy bueno que sea su momento, que no esté sometido a discusión. Ahí tienen a Luque, que hace sólo diez días alcanzaba en el Camp Nou la cima de su poderoso arranque de temporada. Reconvertido en extremo izquierdo, el goleador había encontrado al fin su sitio en el equipo y hasta retornó a la selección española tras más de un año de ausencia. Contra el Barcelona, se comió a Gabri y abrió con un gol el camino del triunfo. Pero cuatro días después, frente al Mónaco, no pudo mantener el nivel y cedió su sitio a un Fran desatado. Y allí comenzó una formidable e inesperada explosión del veterano capitán, que acaudilló la última victoria sobre el Valencia y hoy volverá a relegar a Luque en la visita del Mallorca a Riazor.
Cuentan que Fran se siente estos días feliz y libre de cargas. A sus 34 años, ya no está obligado a demostrar nada. La incomprensible desconfianza que siempre despertó en algunos sectores le trae sin cuidado y nadie va a resucitar el debate sobre si debería ir a la selección, una controversia que en algún momento le causó cierto daño. Ni siquiera los focos de Riazor, pendientes de Valerón, de Tristán o de Pandiani, le enfocan ahora con especial intensidad. Sin otras preocupaciones que disfrutar del fútbol, está dispuesto a paladear a conciencia su etapa final.
Por primera vez desde que debutó con el Deportivo, en 1998, en la Segunda División, Fran había empezado la temporada de suplente. El entrenador, Javier Irureta, que llegó a A Coruña designándolo públicamente como el líder del equipo, siempre lo trató con gran deferencia. Pero daba la impresión de que este curso empezaba a desconfiar de sus fuerzas. O, al menos, que había decidido reservarlo para más adelante.
Irureta comenzó la campaña entregando la banda izquierda a la frescura y la rapidez de Luque, quien demostró estar a la altura del encargo pese a las incomodidades de adaptarse a un puesto poco habitual para él. Si alguien le consideraba ya el dueño del extremo zurdo, estaba muy equivocado. Porque las ganas de Fran, quien incluso ha pasado por encima del desagradable tira y afloja que mantuvo con el club en el verano para renovar su contrato, han podido con todo.
El partido de Fran, el sábado último, contra el Valencia tuvo algo de asombroso. Y no porque no hubiese constancia de su excelente zurda, de su dominio del arte de encarar al contrario, de su sentido panorámico del juego. Todo eso se da siempre por supuesto. Pero esa noche Fran mostró además una energía física que pilló de sorpresa a más de uno. "Hasta ha logrado irse varias veces por velocidad", destacó un admirado Irureta tras el partido.
Desde entonces, en A Coruña, sólo se habla de Fran. "Parece como si lo hubiésemos descubierto en los últimos días", se sonrió ayer Mauro Silva, su viejo compañero de fatigas y, junto a él, último eslabón entre este conjunto y la prehistoria del Superdepor. "A mí siempre me ha parecido extraordinario", sentenció el brasileño.
Aunque Irureta ha advertido de que tiene intención de dosificarle, Fran volverá a ser titular ante el Mallorca. El técnico premiará a los que ganaron al Valencia, aunque eso pueda significar que se queden fuera dos auténticos intocables, el propio Mauro y Naybet, ausentes por lesión en la jornada del fin de semana.
Verlos junto a él en el banquillo tal vez suponga un consuelo para Luque, al que se le ha complicado la vida en el extremo y que en su puesto natural, el de delantero centro, tiene otra papeleta de cuidado ante Pandiani y Tristán.
Son muchos dilemas para el mismo equipo. Pero a Irureta le hacen feliz y sus futbolistas dan muestras de haber asimilado que nadie es indiscutible en el Depor.
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