José Bable, director del FIT, valora la vigencia de lo social en el teatro

La lluvia cerró ayer la 18ª edición del Festival Iberoamericano de Teatro (FIT) de Cádiz, la cita anual que durante diez días ha hecho de Cádiz la capital de la escena atlántica. A falta de cifras definitivas de asistencia, el director del FIT, José Bablé, definió ayer al festival como "el más vivo del mundo". "El teatro aquí sigue creando polémica, sigue cuestionándose no sólo desde un punto de vista estético sino también filosófico. Y con la que está cayendo, el teatro, afortunadamente, todavía nos sirve para muchísimas cosas", afirmó.

Bablé definió el evento a su cargo como "un trabajo de profesionales para profesionales" y subrayó, junto a una programación equilibrada, "el magnífico nivel de debate de los foros".

Frente a algunas voces que periódicamente hablan de decadencia del FIT, el director fue tajante: "¿Qué tenemos que cambiar? En España, cuando las cosas funcionan, queremos cambiarlas, no mejorarlas. Y el FIT, quieran o no, funciona".

En cuanto a los problemas presupuestarios que arrastra esta cita, Bablé se lamentó: "Tenemos el mismo presupuesto que en 1991. Si algo hubiera que cambiar serían las fuentes de financiación, porque hay instituciones que llevan aportando el mismo capital desde el 1989. Paradójicamente, cuando el FIT tenía dinero no se pagaba caché ni viaje a nadie. Ahora se cubren los gastos de casi todas las compañías hasta la última peseta", aseguró.

"Medir el pulso del teatro iberoamericano sólo por lo que viene al festival sería injusto. Para hablar de él hay que conocerlo a fondo y describir esa realidad resulta demasiado complejo. Sólo puedo decir que lo que viene al FIT es lo mejor que yo me he encontrado en mis visitas a América", añadió.

Profesionales de muy diversos gremios afines al hecho teatral se despidieron ayer del FIT con una valoración general positiva. Para Mar Barbero, representante de Casa de América, el FIT supone "un fundamental punto de encuentro de las artes escénicas de ambos lados del Atlántico" y realiza "una labor imprescindible de acercamiento no sólo desde el punto de vista cualitativo, sino como vínculo de profesionales que cada año unen compromiso y esfuerzo". Por su parte, el periodista uruguayo Alejandro Gourevich considera que el festival "siempre ha sido la puerta de entrada del teatro latinoamericano en España y también en Europa. Su fama permite que acudan a Cádiz cada vez más programadores".