Le Pen prepara un nuevo desembarco en las urnas

El caudillo de la extrema derecha francesa, Jean-Marie Le Pen, se frota las manos con el avance del populismo en Suiza. Su partido, el Frente Nacional, no será llamado a las consultas sobre la Constitución europea que Jacques Chirac va a emprender con las fuerzas políticas de Francia, en aras de un pacto de Estado, pero a Le Pen le importa poco esa exclusión.

En marzo próximo están previstas unas elecciones regionales y el avance populista en Suiza le viene como anillo al dedo, porque "demuestra que un programa basado en el rechazo a una dictadura europea supranacional, en la rebaja de impuestos y en la lucha contra la inmigración y la inseguridad son las únicas vías para progresar hacia la paz y la prosperidad", proclama Le Pen.

El líder ultraderechista ya consiguió disputar la presidencia de la República al propio Jacques Chirac, hace 16 meses. El sistema de escrutinio mayoritario a doble vuelta le impidió consolidar ese paso adelante con la obtención de escaños en las elecciones parlamentarias, como le habría correspondido en un sistema proporcional, ya que casi uno de cada cinco franceses vota a la ultraderecha. Ésta es la fuerza que Le Pen cree conservar y está dispuesto a incrementar, aprovechando el efecto de la ola populista que recorre Europa.

A sus 75 años, él mismo aspira a la presidencia de un territorio francés comparable al de Suiza en extensión y con muchas características comunes con éste: se trata de la región constituida por Provenza, los Alpes y la Costa Azul. Cuenta con aproximadamente el 10% de la población de Francia, un porcentaje similar del producto interior bruto (PIB) y 28 millones de turistas por año. No obstante, la relativa crisis de sus zonas industriales puede explicar que se haya convertido en un bastión cada vez más sólido del Frente Nacional, que no ha dejado de crecer en los sucesivos comicios regionales, con 25 representantes electos en 1986, 31 en 1992 y 37 en 1998.

La derecha convencional no hizo ascos a los apoyos de la ultraderecha en 1986, cuando el actual alcalde de Marsella, Jean-Claude Gaudin, fue elegido con el apoyo del Frente Nacional. Pero la alianza no se repitió en 1998 y un socialista se hizo con la presidencia de la región del sur. Le Pen cree llegada la hora de clarificar las cosas y de ganar él mismo en este su tercer intento. A su vez, y para que todo quede en familia, su hija Marine ha sido designada cabeza de lista a la región de París.

La derecha reunida en la Unión por la Mayoría Popular (UMP), fiel a Chirac, no descarta que la amenaza representada por la extrema derecha sea real. Tampoco el Partido Socialista, cuyo último Consejo Nacional ha sido dedicado al "peligro de un 21 de abril regional", en referencia al día en que su anterior líder, Lionel Jospin, fue apeado de la carrera a la presidencia de Francia precisamente por Jean-Marie Le Pen. Para el caudillo extremista, el combate en la región Provenza-Alpes-Costa Azul (más conocida por sus siglas PACA) será "la madre de todas las batallas" y de su victoria depende "el renacimiento de Francia".