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La presión laboral y la falta de medios provocan bajas en un 14% en la Guardia Civil, según una asociación

La Agrupación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) en Alicante denuncia las malas condiciones de trabajo de los agentes que están provocando un elevado número de bajas médicas, entre ellas las motivadas por causas psicológicas. Según el informe de AUGC, el 14% de los casi 1.700 agentes desplegados en la provincia se encuentran de baja por causas psíquicas y físicas.

No obstante, según denuncia el delegado en Alicante, Manuel Martínez, "muchas de las bajas físicas son bajas psicológicas encubiertas por la presión de los mandos o las condiciones pésimas de trabajo". La AUGC ha contabilizado 60 bajas psicológicas en la provincia, pero mantiene que gran parte de las 180 justificadas por motivos físicos también están causadas por la presión psicológica de trabajar en malas condiciones.

Martínez denunció la repetida falta de personal y de medios para hacer frente al volumen de trabajo en estas comarcas, que cuentan con uno de los niveles de delincuencia más alto de España. "La situación no mejora, y aunque todo el mundo se echa las manos a la cabeza por la unificación de la Guardia Civil y la Policía Nacional, la realidad es que la situación que vivimos es tercermundista y requiere soluciones", explica Martínez. El delegado de la AUGC se refiere a la falta de medios, que obliga a los agentes a trabajar en situaciones precarias, y al carácter militar del cuerpo, que hace que "muchos de los mandos estén por encima del bien y del mal". "Nadie se está cargando la Guardia Civil, estamos muriendo desde dentro por la falta de inversiones del Gobierno, que habla mucho pero actúa poco, aunque siempre están ahí para defendernos sólo con palabras".

Esta situación hace que a veces los agentes se derrumben y acaben en crisis psicológicas, que les conducen a la baja. Un ejemplo: el caso de un agente recién llegado del norte de España. No quiere dar su nombre ni tampoco la localidad en la que está destinado. "Mi baja es psicológica", afirma con tensión en sus labios. Este agente, natural del sur de la provincia de Alicante, ha estado destinado durante ocho años en distintas partes de la península. Su intención siempre fue regresar a Alicante y, tras mucho deambular, lo consiguió a principios del mes de julio. Una vez estabilizado en su nuevo puesto, su mujer encontró un trabajo e iniciaron los trámites para comprarse una casa. Así, en agosto acordaron la firma de un acuerdo de compra-venta en una notaría de la localidad de destino. Media hora después de la firma del acuerdo, la Dirección General de la Guardia Civil le notificó un nuevo destino, esta vez en Navarra. El agente, sumido desde ese momento en una depresión, se encuentra de baja y apartado del servicio.

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