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Las prostitutas reivindican el derecho a ser trabajadoras sexuales y critican la acción policial

Medio centenar de manifestantes reclaman "espacios tranquilos y seguros" para ejercer el oficio

Medio centenar de prostitutas se concentraron ayer en la plaza de Sant Jaume de Barcelona para protestar por la persecución policial a la que, en su opinión, se han visto sometidas en los últimos meses, sobre todo las inmigrantes, y reivindicar su derecho a ser trabajadoras sexuales. La concentración, promovida por numerosas asociaciones de apoyo a este colectivo, denunció la "especulación inmobiliaria" que está detrás de los hostigamientos a las prostitutas que ejercen en la calle.

Luz Casino, miembro de Línea de Investigación y Cooperación con Inmigrantes y Trabajadoras Sexuales (LICIT), una de las asociaciones de apoyo a este colectivo, afirma que se tiende a "asociar la prostitución con delincuencia y drogas", lo que no siempre es así, y considera que la mayoría de las veces las prostitutas "son víctimas como cualquier vecino".

Una de las reivindicaciones planteadas durante la concentración fue la negociación del colectivo de trabajadoras sexuales con la Administración para lograr "espacios tranquilos y seguros" y la "regulación del sector".

La prostitución que se ejerce en la calle es uno de los mayores problemas de este colectivo, en opinión de Luz Casino. La prostitución callejera es una actividad laboral que debe estar regulada, afirma, de manera que las trabajadoras puedan acceder a beneficios como una tarjeta sanitaria o una pensión de jubilación. Casino lamentó la actuación de la Generalitat, que cierra los pocos burdeles que aún estan abiertos y "empuja" a las prostitutas a "otros peligros", como redes o empresarios que "utilizan el trabajo de las mujeres para sus propios intereses".

En Madrid, unas 300 prostitutas realizaron una marcha que recorrió la calle de la Montera hasta la Puerta del Sol y en la que las mujeres reclamaron unas condiciones "dignas" de trabajo. Asimismo denunciaron un incremento del acoso y control policial desde que Alberto Ruiz Gallardón llegó a la alcadía de Madrid.

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