El PP admite que perdió el jueves una votación clave en el Congreso porque confió en los votos de sus socios

El Grupo Popular admitió ayer que perdió la votación de las enmiendas del Senado a la Ley de Enjuiciamiento Criminal porque confió en los votos de sus socios parlamentarios. Tal era la confianza del PP en que tendrían votos sobrados que no avisó a los ministros para que acudieran a la votación. De los siete ministros que son diputados, podrían haber acudido cuatro. Y de los diputados de a pie que faltaron, sólo hay una que se ausentó sin justificarlo. Esos cinco votos habrían bastado para que las enmiendas lograran la mayoría absoluta: los 176 votos, pues el marcador se quedó en sólo 171.

Las enmiendas introducidas en el Senado a la Ley de Enjuiciamiento Criminal -sobre pruebas del ADN, medidas cautelares en los procedimientos penales, incorporación de nuevos delitos, la modificación de los requisitos de presencia de los peritos en las vistas, y derecho a ser reconocido por un segundo forense- contaban con el apoyo del PP, de CiU, de Coalición Canaria y del PNV. Si hubieran estado todos los diputados de estos cuatro grupos, las enmiendas habrían recibido 209 votos. Pero sólo tuvieron 171, cinco menos de la mayoría absoluta. Las 38 ausencias se reparten en 22 del PP (un 12% del grupo), siete de CiU (un 46,6%), dos de CC (un 50%), y los siete diputados del grupo del PNV, pues hasta su portavoz, Margarita Uría, se ausentó después de defender las enmiendas.

El PP admite que el fallo es propio, pues para algo es el partido del Gobierno. Lo intentará enmendar a través de la Ley de la Corte Penal Internacional, que ahora está en el Senado y que es también una ley orgánica. De las 22 ausencias sólo hay una sin justificar y deberá abonar una multa de 250 euros. Los otros 21 aportaron las siguientes justificaciones: los siete miembros del Gobierno no fueron avisados y la vicepresidenta Margarita Mariscal estaba de visita en la UE. Mariano Rajoy y Josep Piqué están de campaña. Tres diputados están de viaje oficial en Perú, dos de visita en El Salvador y cuatro de observadores en Azerbaiyan. Otros tres alegaron motivos personales: dos tenían médico y uno, un familiar muy enfermo.