No a la gratuidad total
No es la primera vez que un candidato político, en medio del fragor de la campaña electoral, propone la gratuidad total para determinados productos o servicios. Ya se hizo con los libros de texto. Quisiera opinar que, por mi parte, me opongo a este tipo de propuestas. No estoy dispuesto a pagarle el billete de metro o de autobús o los libros de texto a los hijos de banqueros, ricos y millonarios.
Los servicios gratuitos, sí, para quien los necesite. Es decir, para aquellos cuyos ingresos sean mínimos o no tengan recursos propios. Pero no para todos.
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