El sospechoso del 'crimen de los novios' era amigo de un hermano de la joven
El alcalde de Valdepeñas pide a los vecinos que respeten a la familia del detenido
Gustavo Romero Tercero, de 31 años, que se ha confesado autor del crimen de los novios Ángel Ibáñez, de 24 años, y Sara Dotor, de 20, ocurrido hace diez años en Valdepeñas, conocía a la joven fallecida y "presumía" de tener una relación amistosa con uno de sus hermanos, al que llegó a preguntar sobre el caso. Así lo reconoció ayer Eusebio Dotor, hermano de la asesinada, en una conferencia de prensa que ofrecieron los familiares de las víctimas y el alcalde de Valdepeñas, Jesús Martín, quien pidió calma y comprensión a la población para que se respete a la familia del asesino confeso, que tiene dos hijos que no fueron ayer al colegio.
Eusebio Dotor aseguró que nunca se imaginó que el detenido fuera el autor de los hechos. Explicó que cuando coincidía con él, éste le gastaba bromas y le preguntaba por el curso de las investigaciones. Eusebio Dotor, acompañado de su madre, Carmen Castellanos, y de su hermano José Ramón, indicó que la relación entre el presunto asesino y la mujer de éste no era muy buena, ya que estaban en proceso de separación. De hecho, cuando fue detenido por estos hechos, Gustavo Romero estaba en prisión preventiva en Herrera de La Mancha (Ciudad Real) acusado de malos tratos a su esposa.
El portavoz de las familias de los asesinados, José Luis Olmedilla, dijo que Gustavo Romero se ha autoinculpado del doble crimen y que hay un testigo protegido que ha sido trasladado fuera de Valdepeñas. El alcalde confirmó que el presunto asesino abandonó la localidad pocos días después de haber cometido el doble crimen, y regresó a Valdepeñas hace unos cinco años tras permanecer los otros cinco en Canarias.
Los hijos del presunto homicida no fueron ayer al colegio ni tampoco lo harán en los próximos días, según indicó el alcalde, quien pidió a los padres de los compañeros de estos niños que sean comprensivos y que hagan ver a sus hijos que los hijos del detenido no tienen culpa de lo que haya hecho su padre, una responsabilidad que tampoco se puede trasladar a su familia, dijo el regidor municipal.
Los hechos ocurrieron en la madrugada del 19 al 20 de junio de 1993, cuando la pareja fue hallada con varias cuchilladas en el parque Cervantes, en las inmediaciones de la vía férrea. El móvil fue el robo, pero el atraco acabó en tragedia al saberse el delincuente reconocido por las víctimas.
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