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Hallado el cadáver de una joven desaparecida en Valdepeñas en 1998

Gustavo Romero, detenido la semana pasada, se declara autor del crimen

El cadáver de Rosana Maroto Quintana, desaparecida en junio de 1998 cuando tenía 21 años, fue hallado ayer en un pozo en Valdepeñas (Ciudad Real). Gustavo Romero Tercero, de 31 años, detenido la semana pasada por el asesinato de una pareja de novios en la misma localidad, se ha confesado autor del crimen.

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El cuerpo de Rosana Maroto fue hallado en la tarde de ayer en un pozo a 20 metros de profundidad cerca del camino de Carretas, en el término municipal de Valdepeñas, muy cerca de donde se perdió su rastro y donde se halló su bicicleta, el 25 de junio de 1998. La joven había salido de su casa en bicicleta y pocos días después se halló una mochila con ropas suyas. La familia de la mujer sembró de carteles media España para dar con ella. Dos años después de su desaparición, los GEO buscaron sin éxito su cuerpo en cerca de 300 de los casi 1.000 pozos de la zona.

La Policía Nacional ha informado de que ha asumido la autoría del crimen Gustavo Romero, quien fue detenido la semana pasada por el asesinato de una pareja de novios, Ángel Ibáñez, de 24 años y Sara Dotor, de 20, en 1993, también en Valdepeñas. Romero ha estado presente durante la inspección del pozo donde fue hallado ayer el cadáver de Rosana Maroto, así como el director general de la Policía, Agustín Díaz de Mera, y la delegada del Gobierno en Castilla-La Mancha, Encarna Naharro. Según fuentes de la investigación, Romero ha declarado a la policía que atropelló a la chica cuando circulaba por el camino y que la arrojó al pozo.

Tras el crimen de los novios, Romero se trasladó a Canarias, donde ahora se investiga si tiene relación con algún crimen sin resolver. Regresó a Valdepeñas cinco años después, cuando supuestamente mató a Rosana Maroto, una estudiante de Historia del Arte, y trabó amistad con dos hermanos de Sara Dotor.

Tras su regreso a Ciudad Real trabajó, según fuentes de la investigación, en una empresa de instalación de pladur y luego en la empresa cárnica Frimancha, para la que trabajó de pastor, por lo que conocía la zona a fondo.

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