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Reportaje:

"Talento y trabajo"

Alonso, Gené, De la Rosa Villadelprat definen a Schumacher, séxtuple campeón del mundo de F-1, como un gran piloto que aglutina a su equipo

¿Qué diferencia a Michael Schumacher de los demás pilotos? Las respuestas son múltiples, pero hay un amplio consenso en aceptar que el alemán es, a sus 34 años, el mejor del momento y, para muchos, de la historia. Los números no engañan. Encabeza casi todas las listas de récords y sólo él posee seis títulos mundiales en la fórmula 1, uno más que el argentino Juan Manuel Fangio. Su talento no es cuestionado, aunque hay quien afirma que no es superior al de otros. Sin embargo, hay algo en lo que todos coinciden: es un trabajador incansable y exigente consigo mismo y con su equipo, al que aglutina.

Para bien o para mal, Schumacher es distinto. "Capaz de garantizarte medio segundo por vuelta sólo con su conducción", asegura su jefe de filas en Ferrari, el francés Jean Todt. Crea pasiones o despierta odios, pero nunca pasa inadvertido. Así es como le ven Fernando Alonso, Pedro Gené y Pedro Martínez de la Rosa, los españoles implicados en la F-1, y el técnico Joan Villadelprat, que dirigía la escudería Benetton entre 1991 y 1996, cuando Schumi dejó plantado a la Jordan tras una sola carrera para integrarse en ella y dar un espaldarazo a su carrera.

"Cuando llegó, Ferrari estaba hundida. Y él fue creándose su gran grupo y el coche ganador"
"No habrá otro como él. Cuando le adelanté en Hungría, se apartó como debía hacerlo"

- "¡Se lo birlamos a Jordan! Así de simple" (Joan Villadelprat). Eso exclama, apasionado, Joan Villadelprat, alguien que superó todas las cotas a las que podía aspirar un muchacho que entró en la F-1 como mero mecánico. "Fue una acción rápida y precisa de Flavio Briatore, que supo aprovecharse de que Schumacher no tenía nada firmado con Eddie Jordan y le hizo una oferta irrenunciable". "Creo que fue un acierto para Schumi", prosigue; "si no hubiera dado aquel salto, le habría costado más llegar a la cumbre".

Con la perspectiva del tiempo, Villadelprat puede analizar con precisión su éxito: "Es una máquina ganadora; un piloto que cuida el detalle, tanto en lo físico como en cada carrera. Ha entendido que en la F-1 debe controlarse todo. Físicamente, es impresionante. Puede dar 15 vueltas seguidas mejorando sus tiempos. Y, al contrario que otros grandes [como el malogrado brasileño Ayrton Senna], que casi ni se sostienen al final, llega tan fresco, como si acabara de tomarse un café en su yate".

Villadelprat cuenta que, cuando Schumacher llegó a Benetton en 1991, realizaron unos entrenamientos en Silverstone junto al ex campeón mundial y líder del equipo, el brasileño Nelson Piquet. "Aunque no conocía el circuito, le sacó medio segundo a las cinco vueltas. A su calidad innata agrega la experiencia". Sin embargo, para Villadelprat, uno de los valores que le distinguen es la fidelidad recíproca que logra con su equipo: "Llegó a Benetton en el momento justo. Todos crecimos con él. Pero cuando se fue a Ferrari, en 1996, se llevó a todos. Incluso a mí me pasó una oferta. Y cambió la mentalidad perdedora de los italianos. Es un aglutinador. Todos creen en él. Sabes que sacará el máximo rendimiento del coche y de tu trabajo. Tiene un talento inusual. Eso sí, Raikkonen, Weber o Alonso pueden discutirle su hegemonía".

- "Mentalmente, es muy fuerte" (Fernando Alonso). El único piloto español que ha ganado un gran premio, el de Hungría esta temporada, y que le ha doblado en una prueba, asegura: "Schumacher es mejor que los demás en muchos aspectos. Mentalmente, es muy fuerte. Eso le sirvió para ganar títulos en su etapa en Benetton, cuando no tenía el mejor coche. Ha tenido suerte porque no ha habido grandes estrellas que pudieran hacerle sombra en sus mejores momentos. Pero siempre se ha rodeado de los mejores y pudo y supo crear un gran equipo en Ferrari. Su secreto es la dedicación, el esfuerzo y el trabajo, no hay más".

Alonso, que ha estado cuatro veces en el podio este año, cree que Schumi es el mejor de siempre: "Ahí están las cifras. No habrá otro como él. Pero se lo ha trabajado. Cuando le adelanté en Hungría, se apartó como debía hacerlo. Pero el punto que sacó allí con tanto esfuerzo ha sido importante para lograr su sexto título".

- "Lo realmente sorprendente es que siga motivándose" (Marc Gené).

"No tiene puntos débiles", afirma Marc Gené, que siente gran admiración por Schumacher; "pero, para mí, lo más destacable es el intenso trabajo que realiza con los ingenieros y el equipo. Dedica mucho tiempo a prepararse y a poner el coche a punto. Es un hombre de equipo. Nunca se olvida de los mecánicos y cuida todos los detalles".

Gené debutó en la F-1 con Minardi en 1999, cuando Schumacher ya era doble campeón mundial, y compitió contra él también en 2000, cuando el alemán ganó su tercer título. No volvió a encontrarlo en la pista hasta este año, en Monza, donde acabó el quinto con el BMW Williams que habitualmente pilota como probador. "Tiene un gran talento y mucha confianza en sí mismo, pero hay otros que le igualan en estos aspectos. Lo realmente sorprendente en él es que, habiendo ganado seis títulos, teniendo una familia y todo el dinero que desea y con 34 años, siga motivándose. Tiene unas ganas locas de ganar. Eso no es normal", dice. "¿El coche? Es crucial", continúa, "pero no lo fue siempre para él. Cuando llegó a Ferrari, estaban hundidos. Y él fue creándose el gran equipo y el coche ganador que ahora tiene".

- "Ha sabido rodearse de los mejores profesionales" (Pedro Martínez de la Rosa). "Su talento es superior al de los demás. Y lo refuerza con una capacidad de trabajo y una humildad muy grandes". Pedro Martínez de la Rosa no regala elogios a quien no los merece. Compitió con Schumacher entre 1999 y 2002, con Arrows y Jaguar. Y le sorprendió la positiva actitud que el alemán mantuvo con él: "Alguna vez me dijo, sin reproches, que no volviera a hacerle algo que no le gustó en la pista. Pero luego vino a explicarme cómo debía situarme en el ángulo exterior de la curva para que él pudiera doblarme por el interior para evitar accidentes. Me sorprendió porque Mika Hakkinen nunca hizo nada similar, al menos conmigo".

"Ha sabido rodearse de los mejores profesionales. Siempre han querido estar con él. Y le miman. ¿Por qué, si no, Barrichello tiene problemas con su Ferrari y Michael no?", añade; "en la pista siempre va al límite. Le ves entrenándose y tienes la sensación de que es la última vuelta de una carrera. Siempre intenta que sea perfecta. Para mí, es el mejor de la historia. Ha conseguido más títulos que Fangio y ahora hay más competencia que hace 50 años".

Michael Schumacher saluda desde su bólido tras el Gran Premio de Japón.
Michael Schumacher saluda desde su bólido tras el Gran Premio de Japón.ASSOCIATED PRESS

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