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El puente que cayó en Esparreguera estaba mal construido, según un informe de fiscalía

Los peritos señalan responsabilidades de Fomento y del Gobierno catalán

El puente de la nacional II en Esparreguera fue mal construido y no tuvo el mantenimiento que marcan las normas. La lluvia fue un factor necesario para que se derrumbara, pero no suficiente; antes tuvo que producirse la intervención humana, y siempre en sentido negativo. Éstas son algunas de las conclusiones del peritaje encargado por la fiscalía, que apunta que hay responsabilidades del Ministerio de Fomento y del Gobierno catalán.

El derrumbe del puente, que causó dos muertes, se produjo el 10 de junio de 2000. Más de tres años después, Fomento no ha sido capaz de encontrar los planos que reclama la juez del caso. Tendría que haber planos del puente construido en 1969 y de la ampliación de 1990. Y deberían estar en 18 oficinas cuando menos. Pero no aparecen. Fuentes de la acusación particular, que ejercen los familiares de las víctimas y el Ayuntamiento de Esparreguera, creen que podría tratarse de un caso de infidelidad en la custodia de documentos públicos o de denegación de ayuda a la justicia.

En cualquier caso, el informe pericial hecho por un ingeniero de caminos a petición del fiscal aporta datos relevantes sobre el caso. El cauce del río tenía en 1969 una anchura de 50 metros. Cuando se amplió el puente en 1990 se había reducido a 17 metros. Pero el ingeniero que supuestamente diseñó la obra nunca acudió al terreno, trabajó desde Madrid con planos, como si no se hubiera construido nada en la zona, según la versión que los abogados de la acusación particular hacen del informe pericial. Pero se había construido: una fábrica, un muro de contención y un camino. Todo ello había supuesto una drástica reducción del cauce y, consecuentemente, cuando cayó una tromba de agua "infrecuente pero no insólita", en vez de distribuirse entre los cinco ojos del puente se concentró en uno solo, golpeando con mucha más fuerza la columna, que acabó cediendo.

Pero cedió porque durante nueve años había pasado lo mismo. Hasta el punto de que la cimentación de la columna había quedado desprotegida y sin tierra, sin que la empresa encargada del mantenimiento de la obra, Copcisa, lo advirtiera. "La firma alega que no era asunto suyo", explica Joan Galera, abogado de la familia de las víctimas.

La Agencia Catalana del Agua (Departamento de Medio Ambiente), uno de cuyos responsables está imputado en el caso, además de un cargo del Ministerio de Fomento, aduce que aunque tiene como misión vigilar los cauces, sus recursos son escasos y, al ser ésta una obra heredada, no pudo prestarle atención. Los peritos sostienen que la lluvia por sí sola no habría derrumbado el puente si se hubiera construido teniendo en cuenta que el cauce era de 17 metros.

Abogados y fiscal quieren saber si el error fue de diseño o de la empresa que realizó las obras. Pero para eso es imprescindible analizar los planos que Fomento no encuentra. Los abogados recordaron ayer que el informe del perito contradice las apreciaciones realizadas por el Colegio de Ingenieros de Caminos en defensa de uno de sus colegiados.

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