Los escritores defienden la importancia fundamental de la literatura en el siglo XXI
Un congreso analiza en Jerez la relación entre la escritura y la sociedad
La literatura se encuentra con un mundo distinto en los inicios del siglo XXI, una época en la que el escritor ya no juega un papel de guía. Gustavo Martín Garzo, Almudena Grandes y Carmen Alborch coincidieron ayer en esto. Pero, a la vez, defendieron la importancia fundamental de la literatura y mostraron su confianza en su futuro. Los tres autores participaron en el quinto Congreso de la fundación Caballero Bonald, dedicado a Literatura y Sociedad.
El congreso, que comenzó ayer en Jerez, concluirá mañana viernes. El escritor Gustavo Martín Garzo comparó, en una conferencia ante un centenar de personas, los tiempos actuales con aquellos que vivió el novelista Stefan Zweig. "No creo que este mundo sea peor que el que le tocó vivir a Zweig. Hemos dejado de creer en el poder de las palabras", dijo Martín Garzo, quien añadió que esto no ocurría con Zweig y los escritores de su época. El autor vallisoletano recordó cómo Zweig se suicidó con su mujer en Brasil. Su miedo a que los nazis se adueñaran del mundo le llevó a tomar esta decisión. "El lenguaje se utiliza hoy para ocultar la realidad. Nadie se hace responsable de lo que dice. Nadie cree hoy en las palabras", comentó el autor de El lenguaje de las fuentes. Por ello, razonó, "convocar la palabra tiene un valor moral". "No creo que hoy en día nadie haga demasiado caso de los escritores. Nadie concede valor a lo que dicen", aseveró Martín Garzo.
"El narrador es un mercader de lo desconocido y su misión es no defraudar a los que acuden a él", señaló. Sin embargo, el mundo actual intenta truncar esa función. "El escritor de nuestro tiempo se ha transformado en una figura pública a la que nadie hace demasiado caso. Ya nadie cree en él. Las imágenes sustituyen a las palabras", resumió. Esta situación quizás conduzca, en su opinión, a que "el escritor, olvidado de su papel social, se ocupe sólo de escribir mejor".
A continuación, Martín Garzo compartió una mesa redonda con la escritora Almudena Grandes y la escritora y ex ministra Carmen Alborch. "Esa historia de que el compromiso ha muerto que se repite sistemáticamente es mentira. Y es una mentira cargada de ideología. Al reunirnos para hablar de literatura y sociedad parece que se reafirma la idea de que no todo ha muerto", explicó Grandes. La autora de Los aires difíciles hizo un recorrido por las noticias de la prensa y reconoció que no se resigna a aceptar lo que pasa.
Grandes desgranó problemas actuales como el "imperialismo", "una guerra colonialista", la "política de exterminio" que lleva a cabo Israel contra los palestinos, "la especulación financiera e inmobiliaria..." "¿Cuál es el papel del escritor? Creo que básicamente el papel no ha cambiado tanto", aseveró. "Construir una obra literaria es dar una versión personal del mundo. Creo que estar en la torre de marfil es también una toma de posición. Más que hablar de escritores comprometidos y no comprometidos, habría que hablar de escritores conscientes de ese compromiso y escritores no conscientes de ese compromiso", añadió. Grandes recordó el vínculo de muchos autores con la militancia política en los años treinta. "Cuando se produjo esa afiliación masiva de los escritores a los partidos políticos no sólo la literatura conservaba su importancia, sino que las expectativas de la revolución tenían una importancia que no han tenido después. Ahora la literatura no es tan importante. La literatura no puede competir con las otras muchas puertas a lo maravilloso: Internet, la televisión, los ordenadores... Esto no implica que no intentemos que la minoría para la que escribimos sea cada vez más grande", comentó. Y por ello abrió una puerta a la esperanza. "Los escritores tienen una posibilidad de expresarse porque siguen mirando el mundo y contando lo que ven", recalcó Grandes.
Alborch abundó en las ideas de Martín Garzo y Grandes al señalar la "pérdida de la importancia del escritor". Sin embargo, Alborch agregó: "Necesitamos de escritores comprometidos que luchen por la justicia y la libertad. Me gusta pensar que todavía hay esperanza". "Seguimos necesitando las personas que nos iluminen. Necesito esos referentes. En estos momentos en que el conservadurismo impera tener escritores fuertes es absolutamente necesario", dijo. Alborch hizo hincapié en una idea de Albert Camus: "el escritor está al servicio de los que sufren la historia".
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