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El tiempo del hijo

El escritor Gustavo Martín Garzo sacó ayer a colación la Biblia y la definió como "un texto turbador" que llenó su infancia de fascinación. El libro sagrado le originaba una serie de preguntas. "¿Por qué Dios prefería a Abel? ¿Por qué Jacob había engañado a su noble y bruto hermano Esaú?". "Era un libro en el que estaba presente toda la belleza de la Creación y también todo el dolor que había acompañado al hombre desde su expulsión del Paraíso", relató el autor de Las historias de Marta y Fernando.

"La Biblia estaba llena de historias que había que aprender a aceptar sin más", agregó el escritor vallisoletano. Tal vez a partir de esas historias "se fraguara la convicción que relaciona el mundo del libro con lo que de más extraño y desconocido hay en el mundo y en cada uno de nosotros. El libro es el espacio del secreto o, mejor dicho, del misterio", explicó Martín Garzo.

Entre esas historias que había que aceptar sin rechistar figuraba una "terrible": la de Abraham. Su voluntad de sacrificar a su hijo Isaac llevaba a una pregunta. "¿Por qué se nos había privado de los pensamientos del pobre Isaac? Era algo que ponía en cuestión el sentimiento básico de confianza. ¿Qué habría pensado Isaac a la vuelta del sacrificio?", se preguntó Martín Garzo. Tal vez en Isaac esté una de las claves de la literatura, según el autor castellano. "La literatura es ese tiempo del hijo; un hijo que no confiaba en aquellas historias severas en que la voluntad del padre era la única ley", explicó Martín Garzo, quien sacó a colación episodios de la historia española en los que los padres sacrificaron a sus hijos por lo que ellos entendían como patriotismo.

El escritor recordó a Primo Levi, el autor italiano y judío que, tras pasar por un campo de concentración nazi, relató la cumbre del horror humano en sus escritos. El autor de La princesa manca hizo hincapié en cómo los nazis no tuvieron reparo en asesinar a niños y "cómo constituyeron el mayor caso de vampirización de la historia". En efecto, a partir de 1943 los nazis comenzaron a extraer sangre a los judíos para dársela a sus soldados. "Esa matanza que llevaron a cabo los nazis no es distinta a la del rey Herodes", indicó Martín Garzo, antes de desgranar algunas poderosas imágenes bíblicas, como "el pelo de Sansón entre los dedos de Dalila o el arca llena de animales flotando a la deriva en la noche negra del Diluvio".

El congreso Literatura y Sociedad. Un debate en los inicios del siglo XXI fue inaugurado por el catedrático de literatura José-Carlos Mainer, cuya conferencia versó sobre Política y Literatura. Recuerdo de los años fríos (1945-1960). Por la tarde, el programa del congreso incluyó una mesa redonda con el ensayista Ramón Vargas-Machuca, el novelista José María Guelbenzu y el escritor y crítico Luis Javier Moreno, que hablaron sobre El compromiso de los intelectuales.

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