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Reportaje:

Sexo, drogas y bodas reales

La antigua relación de la novia del príncipe Johan de Holanda con un narcotraficante obliga a abrir una investigación política

Isabel Ferrer

Los planes de boda del príncipe Johan Friso de Holanda, segundo hijo de la reina Beatriz, con su compatriota Mabel Wisse Smit se han complicado inesperadamente. La novia, de 35 años, licenciada cum laude en Ciencias Políticas y Económicas y fundadora de dos ONG, guardaba en su pasado un cadáver poco metafórico. Nada menos que Klaas Bruinsma, el narcotraficante más famoso del país, acusado de varios asesinatos y abatido él mismo a tiros en 1991. La joven admite que le conoció, pero según ella no intimaron. Uno de los guardaespaldas del finado asegura que la pareja estuvo unida hasta la muerte de su jefe. Una confusa situación que deberá despejar el Gobierno para que el Parlamento pueda aprobar el enlace, en abril próximo.

Hasta que Charlie da Silva, antiguo guardaespaldas de Bruinsma, instara desde la televisión nacional a la aspirante a princesa a no mentir sobre su pasado, la biografía de Mabel resultaba modélica. Nacida en el seno de una familia acomodada, perdió a su padre a los nueve años. Su madre se casó con el banquero Peter Wisse Smit, y Mabel adoptó el apellido de su padrastro. Concluida la universidad, fundó el Consejo de Acción Europeo para la Paz en los Balcanes y Niños de la Guerra, dos ONG que le permitieron llenar su agenda de valiosos contactos internacionales. En 1997 se convirtió en la directora del Instituto Sociedad Abierta, dependiente de la fundación animada por el multimillonario estadounidense George Soros. Cuando la reina Beatriz la presentó como la prometida del príncipe Johan Friso, el brillante círculo vital trazado por Mabel parecía cerrarse de forma espectacular. Sería la reina en la reserva de Holanda. Su novio príncipe sólo perderá el segundo puesto en la sucesión al trono cuando nazca el hijo que esperan para enero su hermano mayor, Willem Alexander, y su esposa, la princesa Máxima.

Hasta la pasada semana, reina en la reserva sonaba de lo más tranquilizador para la casa de Orange. Se sabía que la joven había salido con Mohamed Sacirbey, antiguo embajador de Bosnia-Herzegovina ante la ONU, investigado ahora por presunta malversación de fondos, pero apenas nada del narco Bruinsma. A medida que se desvelan nuevos capítulos de la biografía de Mabel, se suceden los comunicados del Servicio de Información del Estado en su nombre. Si en el primero ella calificaba su relación con el delincuente de "superficial", el último añadía un dato inesperado. "La señorita Wisse Smit recuerda haber pernoctado varias veces en el yate de Klaas Bruinsma. Esas noches había también otras personas a bordo", rezaba la nota oficial. "Que se deje de rodeos. Mabel y Klaas estuvieron juntos hasta que él fue asesinado. Sabía con quién trataba", declaró Charlie da Silva.

Sus revelaciones fueron matizadas el pasado fin de semana por Geurt Roos, otro guardaespaldas de Bruinsma, que "apenas recordaba" haber visto a Wisse Smit. Su jefe, dijo el testigo, "mantenía a sus amigas apartadas de los negocios". Una situación delicada tanto para los Orange como para el Gobierno holandés, que está pensando en encargar una nueva investigación sobre Mabel a expertos independientes. Los servicios secretos nacionales también podrían ahondar de nuevo en su pasado. El rastreo inicial a que fue sometida no desveló nada comprometido.

Johan Friso de Holanda.
Johan Friso de Holanda.

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