José Carreras canta en una discoteca
Ver en acción a un divo de la ópera suele pagarse muy caro en taquilla. Sus abultados honorarios no dejan otra opción, salvo que una institución pública decida asumir los costes organizando un concierto gratuito en un recinto multitudinario. Pero anteanoche, una discoteca y sala de fiestas de Barcelona, Luz de Gas, con más de 4.000 conciertos a sus espaldas y una experiencia artística que abarca los más variados géneros musicales, decidió celebrar su octavo aniversario obsequiando a su público más fiel con un recital de José Carreras gratis. La respuesta a tan sorprendente regalo musical fue, naturalmente, un lleno hasta la bandera. La sala adoptó para la ocasión un formato teatral colocando centenares de sillas en la pista central, e impuso un lógico y saludable cambio de hábitos por una noche: las barras de bar estuvieron casi fuera de servicio -se sirvieron copas, pero muy discretamente- y el humo de los cigarrillos no formó parte del paisaje habitual. Acompañado por su pianista habitual, Lorenzo Bavaj, el famoso tenor interpretó con su habitual entrega seis canciones napolitanas, la famosa Alfonsina y el mar, de Ariel Ramírez, y un clásico de Enric Morera, L'oreneta. El recital duró poco -apenas una hora, incluidas tres propinas, entre ellas Paraules d'amor, de Serrat-, pero desató el entusiasmo del público, que despidió a Carreras puesto en pie y lanzando bravos. Tras disfrutar el insólito regalo lírico, las barras de bar registraron la primera avalancha de la noche, y los que tuvieron que dar el do de pecho, ya entre el humo de los cigarrillos, fueron los camareros.-
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