Tabaco y tráfico
Llevo desde el 1 de septiembre sin fumar. No sé cuánto duraré; mi intención es dejarlo para siempre. El caso es que la campaña del Ministerio de Sanidad de asustar al fumador con letreros llamativos en los paquetes de tabaco no ha sido el motivo que me ha movido a dejar de fumar; más bien, el haber sentido lo perjudicial que es el tabaco es lo que me ha llevado a dejarlo. Me refiero a que me ahogaba cuando daba dos pasos.
Lo que más me sorprende de la insistente campaña del ministerio es que tenga tanto interés en que dejemos de fumar, cueste lo que cueste -en todos los sentidos-, cuando es más alarmante la cantidad de muertos por accidente de tráfico en España que la de los muertos por el tabaco. Como decía el estudio que se publicó el 18 de septiembre, los accidentes se producen más por el mal estado de las carreteras que por imprudencias cometidas al volante.
Lo que significa que la campaña de anuncios de accidentes impactantes en carretera, cambien o no cambien la conducta del conductor, no es la solución eficaz a la gran cantidad de accidentes. Sería mejor, antes de asustar tanto, invertir en unas buenas carreteras y en formar más en el tráfico y en sanidad.
