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EL ENREDO
Columna
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Ojo, alta política

1. Uno cree que la política exterior es compleja y sutil, cargada de matices, y resulta que se aprende en tres tardes, dos en el caso de talentos portentosos como José Luis Rodríguez Zapatero. Se fue José María Aznar a Libia, a ver a Muhamar El Gaddafi, de profesión ex terrorista. "A ver qué le digo yo a este tío", iría pensando Aznar en el viaje. "A ver qué le digo yo a este tío", pensaría Gaddafi. Aznar desbloqueó la situación ordenando a sus diplomáticos: "Transmitid a Gadafi que, en cuanto llegue, me tiene que recibir y que, si me hace esperar, me largo". ¡Mecachis la mar salada! De qué cosas depende a veces que el mundo siga dando vueltas. Si a Gaddafi se le va la olla y se retrasa, Aznar tira de móvil y organiza la marimorena: "George, confirmado: es un terrorista y tiene armas de destrucción masiva: sin ir más lejos, a mí me ha incinerao". Por fortuna, Gaddaffi se presentó puntual con un caballo, y todos contentos. "Iiiiiih", dijo el caballo. "Ha ha ha", respondió Aznar, enseñándole también los dientes. Un problema menos en el mundo.

¡Si estará mala la cosa en Madrid que ni Beckham consigue vivienda! Un argumento que olvida Simancas en su campaña

2. ¡Si estará mala la cosa en Madrid que ni siquiera David Beckham consigue vivienda! Este es un argumento que olvida Rafa Simancas en su precampaña electoral, divertida donde las haya, siempre y cuando no se tome uno la política en serio. "No quiere debatir conmigo porque soy plebeyo", dice Simancas para enardecer a los suyos contra Esperanza Aguirre. "Es un trasnochado nostálgico del maoísmo", responde ella ("y no le doy con el bolso porque es de Loewe", podría añadir). La pelea gorda ha estado otra vez en Caja Madrid, que es donde hay bacalao y, como dice la zarzuela, por el bacalao se sabe dónde está Tejada colocao. Si Romero de Tejada fuera del PSOE, la periodista Maria Antonia Iglesias ya tendría que empezar a escribir otras mil páginas de socialistas torturados, La memoria recuperada II: "Oh, ¿por qué no reaccionamos a tiempo, qué nos pasó, Dios mío?". En cambio, los del PP colocan a Tejada en Caja Madrid y tan anchos. Será que se confiesan y se les pasa el remordimiento.

3. Los catalanes, más europeos, debaten otras cosas. Por ejemplo: la publicidad sobre un político, ¿es publicidad política? Artur Mas ha escrito un libro titulado La Catalunya emergent. Podría haberlo titulado La Catalunya convergent o Memorias de Garbancito, el título es lo de menos, el debate está en saber si la publicidad de ese libro es publicidad política. ¡Naturalmente que no! Votaron juntos CiU y PP y decidieron que la publicidad sobre un político no es publicidad política, una suerte increíble, porque así se puede anunciar en la televisión y la radio públicas. Maragall debería apresurarse a publicar Pasqual, catalanista leal. "¡Leal a Zapatero!", le acusarán desde CiU. "¡No, señor, leal a Catalunya!", responderá él. "¡Eso, eso, a Catalunya y no a España", se meterían los del PP. Estos debates identitarios... Como decía Josep Pla: "Cuando la política va mal, que es casi siempre, nos ponemos a discutir sobre si es mejor el cocido o la carn d´olla. Y así pasan años inútiles, pesados y estériles". Sí, pero muy divertidos.

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