Riquelme lanza al Villarreal

El Villarreal demostró en Santander que no es injustificado pensar que opte a plazas de honor. Los méritos del equipo de Floro se debieron, sobre todo, al alto nivel de juego en la labor creativa de Riquelme y la eficacia y soltura de los hombres más ofensivos.

Los racinguistas se toparon con demasiados problemas como para presuponer que era posible ganar al Villarreal. Unos se los crearon ellos mismos y otros se derivaron de la calidad del contrario. Los fraguados por los cántabros fueron el fallo, por Guerrero, del penalti en el minuto cinco y la autoexpulsión de Diego Mateo en el 44. Para colmo santanderino el primer gol se lo entregó Neru a Anderson en bandeja y al Racing le fueron anulados dos tantos por presuntos fueras de juego de Guerrero y Juanma.

El Villarreal tardó en enseñar sus cartas. Tocaba y retocaba la bola sin apenas incordiar los dominios de Ricardo. Ocurría que la zaga racinguista aún estaba lejos del desbarajuste de la segunda fase. Total que tres cuartos de hora se fueron sin más que un tiro a puerta, el marrado por Guerrero en el penalti y otro lejano de Morán.

Lo interesante llegó tras el descanso. El Racing debía de responder al reto de jugar con uno menos todo el tramo. Trató de hacerlo con una táctica sencilla. Recular al campo propio y buscar la contra. Fue entonces cuando Floro apostó porque su equipo tocara y tocara al balón en su cancha y, sobre todo, evitara las constantes imprecisiones de los minutos previos. Así, Riquelme salió de su apatía y se ofreció, libre de marcaje, como no lo había hecho al principio. Los toques y retoques castellonenses acababan siempre en un pase largo al punta desmarcado (José María).

El mando fue total del Villarreal y sólo quedaba golear. Varios errores defensivos, la expulsión perdonada a Moratón en el minuto 47 por derribar a José Mari al bordel área y otras acciones de peligro demostraron que la victoria visitante era cuestión de minutos. Ayudó Neru para que Anderson rompiera la igualdad, pero antes Ricardo salvó más de una y el Villarreal desaprovechó otros lances fáciles de gol. El Racing no se sabía defender y los de Benito Floro mandaban con autoridad hasta que el partido se rompió con el error de Neru, el capitán local.

Hasta el final el desorden fue general. El Racing recibió otro gol pero pudo recoger alguno más. Por las bravas, con el cambio de Jonatan Valle y Bodipo por Guerrero y Benayoun, buscó la igualada. Hubo dos goles anulados por fuera de juego y el Villarreal acabó poniendo las cosas en su sitio. Supo ganar y casi golear a un Racing que acusó en demasía el penalti fallado en los comienzos y, sobre todo, la ausencia de un jugador, Diego Mateo, durante más de tres cuartos de hora.

El Villarreal atinó a sacar a sus estrellas cuando hacía falta y éstas respondieron, en especial Riquelme, dueño y señor de la zona ancha en toda la segunda fase, y José Mari, que quiere volver a ser el que fue. De momento, el Villarreal lleva 12 partidos sin perder y ayer marcó su gol 200 en Primera, a cargo de Anderson.