Hermoso lo hizo bello
Pablo Hermoso de Mendoza salió al ruedo de Logroño, citó desde el platillo ofreciendo los pechos de su caballo y se entretuvo en una tarde mágica en bordar el toreo. Hermoso lo hizo bello por inaudito, por inverosímil y porque parecen imposibles cada uno de sus cites y la forma de resolver los embroques sin ninguna violencia, pero con un dominio que está marcando esta época del rejoneo, la suya, como la más grande. Nada más asomar el toro, el navarro le dibujó un pase cambiado con el equino convertido en engaño torero que marcó lo que iba a ser su actuación. Lo llamó desde la boca de riego, el toro se arrancó y le desvió la trayectoria vaciándolo por la grupa a guisa de media verónica y con el astado sencillamente sometido. A partir de ahí no dejó respirar ni a su enemigo ni a ninguno de los espectadores, que asistían boquiabiertos a lo que estaba aconteciendo. Hermoso llevó al toro a milímetros de la cola, clavó el primer rejón de castigo y se marchó haciendo una pirueta frente a los belfos de murube con una torería magistral. Por momentos, los cuernos romos merodearon la anatomía de un caballo que al final se le hacía esquivo e imposible, aunque se situó siempre en la distancia íntima de la caricia. Antes de pasaportar al toro de un rejonazo trasero caído y atravesado, clavó tres rosas recortando terrenos, hasta dejar la última por dentro y casi incrustado en tablas. Dos orejas y única puerta grande de esta feria decepcionante. Sergio Galán apostó en el sexto de verdad. La cuadra de este rejoneador resulta espectacular, sobre todo un caballo negro que se asoma a los cites con el mentón remetido en el cuello y que parece flotar por el ruedo con la misma gracia de una bailarina de ballet.
Domínguez / Ribeiro, Hermoso, Galán
Toros despuntados para rejones de Hermanos Domínguez Camacho, hondos, con movilidad y nobleza. Antonio Ribeiro Telles: silencio y saludos. Pablo Hermoso de Mendoza: dos orejas y saludos. Sergio Galán: silencio tras aviso y oreja. Plaza de toros de La Ribera. 27 de septiembre. Séptima y última corrida de feria. Lleno.
El luso Ribeiro Telles pasó inadvertido, a pesar de que se encontró con sendos astados nobles y colaboradores.
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