"Y ahora a por el sexto Tour de Armstrong"
Las ilusiones y las ambiciones de Heras no cambian tras su seguro triunfo en la ronda española
Son días de incertidumbre, días de pasillos y de tácticas políticas. Para contrarrestar una de las jugadas maestras del Partido Nacionalista Vasco (PNV), o sea, la formación del Euskaltel-Euskadi, especie de selección vasca de ciclismo, y para evitar una peligrosa perspectiva para sus intereses, dada la desaparición del ONCE y el iBanesto.com, y el conjunto vasco sea el único equipo español en el próximo Tour, el Partido Popular (PP) y el Gobierno han animado a otras comunidades autónomas a incentivar la formación de equipos ciclistas. El Govern balear dio un paso adelante y ofreció a los que buscan patrocinador su dinero y su apoyo. El secretario general del PP, el candidato Rajoy, es la fuerza ciclista dentro del partido y ayer se acercó a la etapa de la Vuelta. Rajoy eligió seguir a Nozal, del ONCE-Eroski, uno de los equipos que necesitan patrocinador. Rajoy ya lo había advertido: "Siempre que voy a Abantos gana Heras".
"Pero en el año 2000, cuando gané mi primera Vuelta, cuando gané en Abantos, también penúltima etapa, la situación era muy diferente", dijo Heras. "Aquel año, la Vuelta ya la había ganado en el Angliru, y lo de Abantos fue mi paseo triunfal, mientras que esta cronoescalada me ha dado una victoria más emotiva y más explosiva ya que no las tenía todas conmigo. Ha sido la culminación de mi poco a poco, de mi día a día".
Heras da de su vida un perfil bajo. Reservado y callado ayer sólo afloraron las lágrimas, y muy ligeramente, a sus ojos cuando le preguntaron a quien le dedicaba el triunfo. Pensó, evidentemente, en su padre, fallecido el pasado mes de mayo, a los pocos días del nacimiento de su nieta, la primera hija de Heras con su esposa, Ana. Pensó en él, pero no lo dijo. Castellano puro. Reservado. Las emociones son cosa de uno. Y las ambiciones una cosa muy curiosa.
Cuando ganó su primera Vuelta con un estilo impresionante, con una tremenda fuerza de escalador, y lideraba el Kelme, la afición se frotaba las manos. "Ya tenemos un candidato para el Tour", se dijo la gente. "Ya tenemos al nuevo Perico, bien". Pero Heras renunció a ese papel y fichó por el US Postal aceptando convertirse en gregario de lujo de Lance Armstrong, olvidando sus ambiciones de Tour, conformándose con la Vuelta. Evidentemente, no se arrepiente de la elección. "El tiempo da y quita razones a las decisiones personales de cada uno. Sé que no me he equivocado", afirmó. "Es muy bonito ganar una gran vuelta con este equipo US Postal, que es grandioso"·. Tampoco sus prioridades han cambiado. "A veces se me ha pasado por la cabeza este año no haber podido estar en una forma óptima en el pasado Tour para haber ayudado más a Armstrong en su quinta victoria", dijo el bejarano. "Pero mis ilusiones siguen siendo las mismas de antes: ayudar a Lance a ganar el sexto Tour y buscar mi tercer triunfo en la Vuelta. La búsqueda de mi primer Tour quizás tendrá que esperar hasta 2005, cuando tenga 31 años".
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