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Rechazo sindical y de la Liga Norte a la reforma de pensiones en Italia

Enric González

El plan del primer ministro Silvio Berlusconi para reformar las pensiones se enfrenta a un futuro incierto. Los tres grandes sindicatos amenazan con la huelga general si el Gobierno italiano retrasa la edad de jubilación a partir del año 2008, y la propia Liga Norte, uno de los tres principales componentes de la mayoría conservadora, se declara dispuesta a votar contra la reforma. El ministro de Economía, Giulio Tremonti, amaga por su parte con dimitir si se bloquea el proyecto, públicamente exigido por el gobernador del banco central y por la patronal Confindustria.

Tremonti recibirá hoy a los representantes sindicales para hablar del presupuesto para 2004, que debería cerrarse en los próximos días, y de pensiones. El ministro ya ha dado un paso atrás: el retraso de la edad de jubilación, desde los 35 a los 40 años de cotización a partir de 2008, ha sido desvinculado del proyecto de ley presupuestaria, donde estaba inicialmente incluido. Y el presidente del Consejo, Silvio Berlusconi, parece cada vez más tibio.

El lunes telefoneó desde Nueva York a Antonio d'Amato, presidente de la patronal Confindustria, para pedirle prudencia y para informarle de que, en materia de reformas, sólo haría "lo posible". La prioridad de Silvio Berlusconi es la reforma de la ley de la televisión, y, en caso extremo, podría estar dispuesto a aplazar los cambios en las pensiones. El ministro de Trabajo, Roberto Maroni (Liga Norte), es partidario de una reforma suave. En cambio su colega de gabinete Giulio Tremonti afirma que el Estado no podría garantizar las jubilaciones a partir de 2008 si no se prolongara la vida laboral.

Amenaza de huelga general

Los sindicatos insistieron ayer en que las pensiones de jubilación estaban indefinidamente aseguradas tras la reforma efectuada por el Gobierno Dini, y en que no aceptaban la apertura de una nueva negociación. "Estamos dispuestos a convocar tres meses de movilizaciones y, si es necesario y los otros sindicatos están de acuerdo, a ir a la huelga general", dijo Savino Pezzotta, líder de la Confederación Italiana de Sindicatos Obreros (CISL). Los dirigentes de las otras dos grandes centrales sindicales, CGIL y UIL, expresaron su intención de hablar de una huelga general para mediados de octubre si el Gobierno mantuviera los planes de reforma.

Incluso sin pensiones, la aprobación del presupuesto del próximo año aparecía difícil. El ministro de Medio Ambiente, Altero Matteoli, de la neofascista Alianza Nacional, amenazó con dimitir si se mantenía la "regularización urbanística", una vía para legalizar construcciones ilegales a cambio de que los propietarios o promotores pagaran un impuesto especial; en opinión del ministro de Economía, las cuentas no cuadrarían sin esos ingresos de la "regularización". Los empresarios, por su parte, consideraban que el proyecto de presupuesto era inmovilista.

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