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La bulliciosa Orquesta Nacional Barbés regresa a los escenarios

Sus 12 músicos actúan en Salamanca y Madrid

Esta orquesta con nombre de barrio parisiense, que mezcla música norteafricana con funk, rock o reggae, decidió tomarse un respiro de más de un año. Desde su creación en 1995, sus 12 miembros (argelinos, marroquíes, franceses...) habían dado más de 500 conciertos. Ahora regresan a la carretera con las pilas cargadas y van a encerrarse 10 días en un castillo para preparar su tercer disco. El sábado tocarán en Salamanca (Auditorio Caja Duero) y el domingo en Madrid (Sala Aqualung).

"El nombre lo elegimos porque en el barrio de Barbés encuentras todas las nacionalidades. Y para los magrebíes es Chicago. Hay que pasar por allí. Recuerda a la tierra natal con los hombres que están todo el día delante de una pared tranquilamente sin hacer nada. El ambiente de la Medina, pero en París", explica Aziz Sehmaoui. "Parece una broma, porque al oír lo de Nacional piensas enseguida en una gran orquesta de París o Nueva York. Hay promotores que nos han llegado a contratar sólo por el nombre, pero no se arrepintieron".

La Orquesta Nacional de Barbés (ONB) se ha pasado más de un año sin actuar. "Estuvimos cinco de gira y había que parar", dice. "Coincidió con los horribles acontecimientos del 11 de septiembre. Se cancelaban conciertos, al igual que este verano en Francia, por las huelgas de los trabajadores del espectáculo. Miles de personas salen a la calle para protestar contra una ley, pero ésta acaba saliendo. A mí me desanima un poco", dice. "Los artistas, junto a otras medidas sociales, son una unidad importante para medir la civilización y el desarrollo de una sociedad. El arte es el mañana, la imaginación, el sueño. Y todos necesitamos eso".

En ocho años tan sólo dos discos, En concert y Poulina. "El tercero estaba previsto grabarlo antes, pero no nos pusimos de acuerdo con las discográficas y nuestros representantes. Nos decían: 'En seis meses lo sacáis'. Nosotros no funcionamos así", cuenta, en tono pausado. "El disco saldrá cuando tenga que salir. Me gusta la velocidad de la caravana de camellos".

Aunque los miembros de la ONB no han permanecido ociosos. "Una canción mía, Zawiya, le gustaba al Niño Josele, y me invitó a participar en su disco. Pero me siento decepcionado porque le han puesto otro título", confiesa. "Hay canciones de la ONB que pueden muy bien prestarse al flamenco. Y a mí me gustaría mucho hacer algo en ese sentido. Es una llamada que hago".

Rock y jazz

La orquesta nació en 1995. "Queríamos hacer música magrebí. Con músicos que venían del rock, del jazz y de la música tradicional", dice Aziz, que está marcado por la tradición gnaua. Retratos de viejos gnauas ocupan las portadas de los discos de la ONB y los carteles de sus conciertos. "Estamos poseídos por esa música. Te llama a tal punto que viajas de París a Marraquech o Essaouira para alimentarte de esos ritmos y recibir la baraka, la bendición de los maestros", explica. "Los gnauas son sanadores, terapeutas, que ejercen su saber de generación en generación, pero también tambores, música. Hermosa y actual, aunque venga de tiempos remotos. Jimi Hendrix se interesó por ella, Santana, los Rolling Stones...". En los minutos previos de muchos conciertos de los Rolling suena música de la ONB. "Eso nos ha impulsado a tocar Sympathy for the devil, que probablemente grabaremos en el nuevo disco".

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