El Parlamento de la UE acepta a Trichet como presidente del BCE

El Parlamento Europeo saldó ayer con 315 votos a favor, 83 en contra y 75 abstenciones su visto bueno definitivo al nombramiento del francés Jean-Claude Trichet, actual gobernador del Banco de Francia, como nuevo presidente del Banco Central Europeo (BCE) a partir del 1 de noviembre. Trichet salvó así el último obstáculo para que los jefes de Estado y de Gobierno ratifiquen un nombramiento.

Trichet, que ya había sido avalado por los líderes europeos en la cumbre de junio pasado en Salónica (Grecia), contó con los votos a favor de los tres grupos más nutridos de la Eurocámara (populares, socialistas y liberales) y de otros como Los Verdes o Izquierda Unitaria, pero sufrió el voto de castigo de los euroescépticos y del Grupo por la Europa de las Democracias y las Diferencias (16 de los 626 escaños que tiene la Cámara). Buena parte de las abstenciones procedieron de los eurodiputados británicos.

El candidato francés, que sustituirá al holandés Wim Duisenberg, estará en el cargo ocho años, el tiempo del mandato previsto para ese puesto. Duisenberg sólo ha estado cinco años, debido a que París y Berlín pactaron en 1998 que el mandato se dividiera en dos partes de tal forma que, en la segunda parte del mismo, el sillón correspondiera a un francés, una vez puesto en circulación el euro.

Duisenberg anunció con meses de antelación que pensaba retirarse al cumplir en julio pasado los 68 años, pero finalmente aceptó prorrogar su marcha, a petición de todos los países de la UE, para dar tiempo a que la justicia francesa resolviera si Trichet estaba implicado o no en el caso Credit Lyonnais, donde se produjeron irregularidades contables cuando Trichet era director general del Tesoro. En junio pasado, los jueces le exculparon y, sólo unos días después, los líderes europeos lo propusieron formalmente para presidir el BCE y no ya por el resto del mandato, sino para los ocho años siguientes.

El próximo presidente del Banco Central ya compareció el pasado día 11 de septiembre ante la Comisión de Asuntos Económicos de la Eurocámara para responder durante varias horas a las preguntas de los eurodiputados, a los que previamente ya había respondido por escrito decenas de preguntas incluidas en un cuestionario. En la comparecencia, Trichet defendió la vigencia del polémico Pacto de Estabilidad y, específicamente, el límite del 3% del PIB para los déficit públicos. Al respecto, recordó que en Francia se venía aplicando esa medida desde los años ochenta, pese a que ahora es París el alumno más díscolo de la UE con un déficit previsto para este año del 4% que sólo prevé rebajar al 3,5% el año que viene.