_
_
_
_
Reportaje:FÚTBOL | Internacional

El misterioso mal de Kahn

Una inflamación ocular compromete la carrera del portero alemán

A Oliver Kahn (Karlsruhe, 1969), el imponente portero del Bayern de Múnich y de la selección alemana, una inflamación en los ojos está comprometiendo su carrera profesional. Lo que empezó tratándose con unas gotas de colirio, cual simple conjuntivitis, se ha convertido en una verdadera preocupación para el célebre guardameta, cuyo campo de visión se emborrona con frecuencia desde el pasado junio, cuando aparecieron los primeros síntomas. Entonces, Kahn fue sustituido en el descanso del partido que enfrentó a la selección alemana con las Islas Feroe. La enfermedad trae por la calle de la amargura al futbolista, al que los médicos aún no le han dado un diagnóstico.

A este misterioso mal se le achaca que Kahn haya perdido reflejos y velocidad en los últimos tiempos. Aun así, el guardameta alemán jugó ayer ante el Bayer Leverkusen (3-3) en Múnich. En un partido bronco y trepidante, el corpulento meta no pudo evitar los goles de Ramelow, Franca y Bastürk. También el pasado miércoles participó en el encuentro que enfrentó al grupo de Ottmar Hitzfeld con el Celtic (2-1) en la primera jornada de la Liga de Campeones. Y eso que Kahn le dijo a su entrenador que no estaba en condiciones.

Pero horas antes de este último partido, el jugador se sometió a una sesión de acupuntura. En la búsqueda del bálsamo que mitigue los efectos de la misteriosa enfermedad, Kahn no descarta recurrir a cualquier tratamiento, bien sea a base de agujas metálicas u homeopático. La acupuntura, en principio, parece que haya surtido efecto. La alarma, en todo caso, ha saltado en el Bayern. "Lo peligroso sería que la inflamación se convirtiera en un problema crónico", ha dicho Hitzfeld, para quien Kahn es imprescindible debido a su experiencia y al predicamento que tiene en el vestuario del vigente campeón de la Bundesliga.

A sus 34 años, Kahn es una autoridad en la materia, un portero admirado por sus colegas. Su corpulencia (mide casi 1,90 y pesa 87 kilos) intimida a los delanteros rivales. Bajo los palos es una garantía. El pasado diciembre fue elegido por la FIFA el segundo mejor jugador de 2002.

Tanto dentro como fuera de los estadios se caracteriza por su carácter hosco. El pasado febrero se negó a intercambiarse el jersey con Casillas en un amistoso entre España y Alemania. Un feo gesto que puso en evidencia su célebre mal genio.

Kahn se frota el ojo derecho, ayer en el partido ante el Leverkusen.
Kahn se frota el ojo derecho, ayer en el partido ante el Leverkusen.REUTERS

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_