Toda la oposición se une para aislar al Gobierno del Partido Popular en Álava
PNV-EA, PSE, IU y UA se reparten las presidencias de comisiones en el Parlamento provincial
El Partido Popular se ha quedado aislado en la Diputación de Álava. Quedó de manifiesto ayer, cuando toda la oposición, incluido el PSE-EE, se unió para repartirse las diez presidencias de las comisiones en las Juntas Generales, el Parlamento provincial. Al PP, que gobierna apoyado en 16 escaños de un total de 51, sólo le entregaron una presidencia. La Diputación de Álava es la institución más importante gobernada por los no nacionalistas en el País Vasco. Los socialistas apoyaron la investidura de Ramón Rabanera (PP), pero advirtieron de que su apoyo terminaba ahí.
Ayer se comprobó por primera vez que el compromiso de los socialistas con el PP en Álava no va más allá de aquella investidura, en la que prestaron a Rabanera los votos necesarios para impedir que el PNV y EA gobernaran la provincia vasca menos nacionalista.
Las elecciones en Álava dieron el triunfo a la coalición nacionalista -19 escaños, aunque PNV y EA han separado sus grupos, con 14 y cinco procuradores respectivamente-, seguida por el PP (16), el PSE-EE (12), Izquierda Unida (tres) y Unidad Alavesa (uno). Dado que el PP y el PSE formaban mayoría, los socialistas pidieron gobernar la Diputación, a cambio de apoyar a los populares en el Ayuntamiento de Vitoria. El PP rechazó la oferta, y dirige en minoría ambas instituciones gracias al apoyo del PSE. Los socialistas interpretaron el gesto como una "falta de generosidad", después de que en la anterior legislatura apoyaran al PP desde la oposición.
Ayer quedó patente que el PP se ha quedado solo. Toda la oposición se unió para repartirse las presidencias de las comisiones en las Juntas Generales. De las diez, los socialistas dirigirán cuatro, el PNV tres, y EA e IU una cada uno. Al PP le dejaron una. Unidad Alavesa, que gobernó con los populares en la anterior legislatura, votó ayer siempre contra su ex socio.
Ramón Rabanera entendió el resultado como "un desprecio" a la Cámara porque "es la primera vez en que el grupo mayoritario se queda sin presidencias". Aseguró que es fruto de "un pacto" entre el PSE y los nacionalistas, "que tendrán que explicar a sus votantes", y que obedece al "resentimiento" del PSE por quedar fuera del gobierno foral. El secretario general del PP, Mariano Rajoy, también opinó que lo ocurrido "no tiene sentido", "es sorprendente, y un poco desmoralizador".
Javier Rojo, portavoz socialista, precisó que no existe "ningún pacto ni con el PNV ni con el PP", y que se ha limitado a "ejercer de oposición". "Algo mal está haciendo el PP para que nos unamos toda la oposición", comentó. Además, explicó su actitud como una respuesta al "talante poco democrático del PP".
Los nacionalistas, a través de su portavoz Álvaro Iturritxa, afirmaron que negociaron con el PSE por "un interés coincidente en dar participación a todos los grupos".
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