"El mundo árabe ha cambiado para bien tras la guerra de Irak"
Fátima Mernissi (Fez, 1940) es una mujer seria y dicharachera a la vez que envuelve su discurso intelectual con imágenes poéticas e historias sacadas del acervo cultural milenario del mundo árabe. Optimista y luchadora, la escritora y socióloga marroquí pronunciará hoy a las siete de la tarde el pregón de las fiestas de la Mercè de Barcelona. Lo hará un mes antes de recoger en Oviedo el Premio Príncipe de Asturias de las Letras, que comparte con la también escritora y activista estadounidense Susan Sontag.
Pregunta. ¿Qué dirá a los barceloneses en su pregón?
Respuesta. Una de las grandes preguntas que nos hacemos hoy es acerca de la violencia. ¿Qué es? ¿Por qué existe? ¿El hecho de matar proporciona más poder? Para los árabes la respuesta es no. He preparado un texto que se titula ¿Quién ganara, los cow-boys o los Simbads? La historia de Simbad dice que este marino partió de Básora hacia India en un pequeño barco aprovechando el monzón. Durante seis meses estuvo en Singapur, en Indonesia y otras islas, y regresó a Básora con el siguiente monzón. Lo hizo más rico en el aspecto material, pero a la vez enriquecido porque se comunicó con los extranjeros y aprendió de ellos. Lo que quiero hacer es una comparación entre el cow-boy, aquel que simplemente mata, y Simbad. En mi discurso voy a decir que estos Simbads están ya en camino.
"Si Bush fracasa es porque no conoce la fortaleza de nuestra sociedad civil"
P. Los cow-boys son los ejércitos que han participado en la guerra de Irak.
R. Ahora, en el mundo árabe sabemos que el uso de la violencia no da poder. No creemos que los americanos tengan más poder por el hecho de que sean capaces de matar. Pensamos que el poder está en la comunicación y el diálogo. En los últimos tiempos han aparecido en el mundo árabe hasta 140 cadenas de televisión por satélite. Hay una revolución mediática que hace que hasta el más pobre pueda tener una antena parabólica y un descodificador. El presidente de Estados Unidos, George Bush, cree que puede imponer un Estado democrático en Irak, que está haciendo un regalo a los países árabes, pero no se da cuenta de que la auténtica democratización se está realizando ya a través del derecho a la información y de que por este motivo no nos impresiona su fuerza militar. Existe una gran competencia entre Estados y empresas para crear televisiones y esto está favoreciendo una democratización en la base. En estos momentos, pienso que el mundo árabe está mucho mejor informado que el occidental. Y lo importante es que esta revolución se está llevando a cabo entre la gente más sencilla. Es un proceso diferente del que llevó el Estado de bienestar a Occidente porque existen alternativas a eso.
P. Pero en el mundo árabe también hay extremistas.
R. Los extremistas están desacreditados en las televisiones árabes. La guerra de Irak ha dado un empujón a este cambio. El mundo árabe ha cambiado para bien desde la segunda guerra de Irak. Para mí, el Islam es intercambio y comunicación, y Bin Laden es un fenómeno americano. Es el resultado de los intentos americanos de luchar contra la Unión Soviética en Afganistán en los tiempos de la guerra fría y ésta no era una guerra árabe, sino occidental. A veces parece que desde occidente se dice que el Islam es malo y los europeos son unos buenos chicos. Pero la verdad no se encuentra nunca en la exageración. Se está más cerca de la verdad cuando nos alejamos del dualismo entre blanco y negro.
P. ¿Cómo enfocan los intelectuales de su país la cuestión de la emigración?
R. Tras la guerra de Irak también ha habido un gran debate sobre esto. ¿Por qué emigra la gente? Un país como India, por ejemplo, ha perdido gran parte de sus cerebros. Es cierto que en los países de Oriente hay muchas regiones desérticas, pero se puede trabajar para hacerlas productivas. Desde Marruecos, el satélite ha revelado la realidad de la población árabe en Occidente, una población en la que hay también muchos cerebros con los que todos, aquí y allá, habríamos de conectar. Aquí sólo se muestra la inmigración como una cosa negativa, se asocia al inmigrante con el malo. Pero para la gente de mi generación de Marruecos los españoles eran los malos. Estas percepciones son las que hay que erradicar. La solución no está en poner fronteras, sino en que el extranjero sepa que no se le va a atacar por serlo. Por otro lado, la civilización árabe es nómada. Mahoma era de una tribu de comerciantes.
P. La concesión del Premio Príncipe de Asturias a usted y Susan Sontag se ha interpretado como un símbolo de diálogo en un momento en que se ha hablado de choque entre civilizaciones.
R. Sí es un símbolo. Cuando en los años sesenta estuve en Estados Unidos, ella era una de las voces contra la guerra de Vietnam. A mí me gusta la América de Susan Sontag y no la de Bush. La de Sontag es la América de los derechos humanos, de la comunicación, de los Simbads. Digamos que Susan Sontag es un Simbad y Bush es un cow-boy. Coincidiendo con la entrega del premio, a Oviedo llegará una caravana cívica en la que participarán ex presos políticos y artistas y en la que estarán representadas ONG y asociaciones de la sociedad civil marroquí, que genera un gran movimiento. Si Bush fracasa es porque no conoce la fortaleza de nuestra sociedad civil. He escrito el libro Les Sinbads marocains. Guide pour touristes civiques para acompañar la caravana, que pretende ser un puente, una herramienta para fomentar el diálogo. Los de mi generación pudimos viajar muy poco, pero los jóvenes sí pueden hacerlo. En abril de 2004 la caravana estará en Casablanca, adonde irán españoles.
P. ¿Y en Barcelona?
R. ¿Por qué no? Sería magnífico. Pero no se trata tanto de que nosotros vayamos a un sitio determinado u otro como de establecer puentes.
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