La OCDE reclama medidas urgentes para frenar las prejubilaciones

¡Todos al curro! El crecimiento económico peligra si no se consigue aumentar la población activa de los países industrializados a causa del rápido envejecimiento demográfico, según advirtió ayer la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE). A su juicio, los Gobiernos de los 30 países miembros deben tomar medidas urgentes para frenar las prejubilaciones e incorporar masivamente a la mujer al mercado de trabajo. También señala que España tiene la tasa de empleo precario más elevada del conjunto de países.

En lugar de dedicar tanto dinero a prestaciones para los parados y ayudas a los prejubilados, los recursos disponibles deberían invertirse en mantener ocupada a más gente durante más tiempo. Así lo sostienen los autores del informe sobre Perspectivas de empleo, presentado ayer por la OCDE en París. Este mensaje de movilización de esfuerzos a favor del empleo se dirige en primer lugar a los Gobiernos, cuyos ministros de Trabajo y Asuntos Sociales han sido convocados a una conferencia el próximo día 30.

Los criterios recomendados chocan con la frecuencia de las prejubilaciones, el mecanismo usado por muchas empresas para ajustar sus plantillas. ¿Por qué deberían renunciar a ello? "Porque no hay otra opción", aseguró John P. Martin, director de Trabajo y Asuntos Sociales de la OCDE. "El envejecimiento de la población va a pesar enormemente. Es preciso que los países cambien su política de empleo y también debe cambiar la actitud de los trabajadores de más de 50 años".

Para la OCDE, no se puede esperar una seria disminución del paro en el contexto de la débil recuperación económica mundial. El 6,8% de la población activa en los países de la OCDE estará en paro el año próximo, según sus previsiones, frente al 7% en 2003, lo cual constituye una reducción modesta. En la Unión Europea se puede esperar una media de paro del 7,9%, frente al 8% de 2003. Todo ello abunda en la necesidad de incentivar el empleo y no limitarse a políticas de lucha contra el paro que han "aumentado el gasto social y los déficit públicos, sin evitar la consolidación de los grupos marginados del mercado de trabajo", a juicio del español Raymond Torres, que es el jefe de la división de análisis y política de empleo de la OCDE.

España es el caso más grave de temporalidad laboral: el 31,5% del empleo total era precario en 2001 (año usado para homologar las comparaciones entre los 30 países), lo cual supone la tasa de trabajo precario más elevada de toda la OCDE. Por el contrario, sólo el 7,9% de los activos estaban empleados a tiempo parcial en España, una de las tasas más bajas de la OCDE, pese a tratarse de la fórmula que recomiendan sus expertos para que trabajen muchos de los grupos de población sin trabajo.

Lograr que "trabajar sea rentable" es básico, a juicio de Raymond Torres, que elogió la reciente medida adoptada por Francia para incrementar los ingresos mínimos de las personas que acepten dejar el paro y ocupar un puesto de trabajo. Otro criterio es la disminución de las cargas que pagan los empresarios por trabajadores con salarios bajos.

En plena incursión en el terreno social, los expertos de la OCDE se lanzaron a una enérgica defensa de la generalización de las guarderías, para permitir a las madres de familia su inserción en el mercado laboral; así como extender la posibilidad de trabajar a tiempo parcial. Todo ello debe ser compatible con un sistema de prestaciones sociales "decentes", siempre que estén orientadas a estimular la vuelta a la actividad.

La población activa bajará en la mitad de los países de la OCDE si no se estimula con fuerza el empleo. Los trabajadores de más de 50 años, que representan ahora el 23% de la población activa, serán el 31% de aquí a treinta años.