Los comunistas
Sugiere Antonio San José a Esperanza Aguirre (Cara a cara, CNN+) que explique cómo la palabra comunista está tan desprestigiada en España. Parecían perplejos. Me gustaría explicarles que llevan años y años arrojando sobre ellos todos los insultos, amenazas y acusaciones de los que son capaces: y lo son mucho. El partido socialista tuvo una raya que no se debía pasar: la colaboración con los comunistas. Los comunistas llevan cuarenta años asesinados y apresados por Franco, con o sin tribunales, y acusados y asesinados en masa por el "mundo occidental", o "mundo libre", y, a pesar de todo, siguieron adelante y siguieron fusilados. Sus jefes les traicionaron. Mentalidades curiosas: se jugaron la vida, algunos la perdían, y un día traicionaron a sus militantes. Se echó encima de ellos el crimen de Stalin, que mató, sobre todo, comunistas. Los que ignoraron los crímenes de Franco, su abuelo, y los de Hitler, su tío carnal, se cebaron en ese pueblo tenaz. Desde los periódicos, las radios, las tribunas y este tipo de emisiones, los antiguos comunistas insultaron a sus camaradas perdidos. Vaciaron el contenido del comunismo, desde Marx hasta Stalin, como si todo fuera lo mismo. Y los que saben que Marx y Engels y los demás no inauguraron gobiernos más o menos asesinos, sino una manera de pensar, se callan. Callan sobre sí mismos, aunque hablen continuamente de sí mismos con eufemismos y heroicidades.
Se llena la fiesta clásica del partido en la Casa de Campo de Madrid: hay jóvenes, hasta muy jóvenes, pero sus jefes se quejan de que no se les puede organizar; y anuncian la fiesta por su atractiva gastronomía. Aznar y sus monagos están acusando a los socialistas ya burlados, robados, cornudos de la política, de pactar con los comunistas. Acusan a los socialistas de ser de izquierdas. Después de lanzar el desprestigio sobre quienes lucharon en el antifascismo, utilizan ese desprestigio creado para asustar a los socialistas, que ya se asustan solos. Les desafían a que formen coalición electoral, y un solo programa. ¡Claro que no! Supongo que los socialistas buscan, como ya hicieron en otros sitios, acuerdos que no les delaten; y espero que los comunistas no asuman este socialismo que renegó de Marx, aunque les veo hacer otra vez pinzas con el PP. Lo que espero es que, juntos, recuerden sus pasados mortales y derroten otra vez lo de siempre. Yo no soy comunista: pero cuando oigo denunciar al comunismo, pienso: "He aquí un fascista".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.