El congreso de abril reaviva la guerra interna en CC OO

La pugna interna entre los tres sectores de CC OO se ha reavivado con la meta puesta en el congreso de abril. La Ejecutiva se reúne hoy para decidir la fecha del consejo confederal (en torno al 20 de octubre) que convocará formalmente el 8º congreso del sindicato (previsiblemente del 21 al 24 de abril de 2004). El secretario general, José María Fidalgo, optará a la reelección y deberá medir sus fuerzas con la candidatura que piensa presentar su antiguo número dos, Rodolfo Benito, y con el sector crítico liderado por Agustín Moreno.

El proceso de elección de delegados no empieza hasta enero próximo, pero sus oponentes quieren abrir ya el debate y aseguran que Fidalgo afronta el congreso "cuestionado por casi la mitad del sindicato". En estos momentos, los dos sectores de oposición reúnen un respaldo en torno al 45%, en la hipótesis de que sellen una alianza, que se ha empezado a gestar en la unión de Madrid.

La dirección tiene el apoyo del Metal, Cataluña, Administración Pública, Transporte, Andalucía, País Valenciano, Banca, Enseñanza, Hostelería y Comercio, y Sanidad. Los críticos aglutinan Asturias, La Rioja, Baleares y Pensionistas. Mientras que la tercera vía cuenta con Madrid, Construcción, Alimentación, Castilla-La Mancha, Canarias y Aragón.

El líder del Metal, Ignacio Fernández Toxo, hace cuatro años rival de Fidalgo y ahora uno de sus principales apoyos, asegura con rotundidad que "Fidalgo es el candidato de la mayoría", y prevé que obtenga un respaldo similar al del anterior congreso, el 70%. Toxo detecta que, desde la ruptura de hace año y medio, "Fidalgo ha ido ganando posiciones y Benito ha ido perdiéndolas".

El pulso se ha hecho oficial con la elaboración de un documento por parte del sector de Benito, titulado La ocasión perdida. El giro a ninguna parte. En él se acusa al equipo de Fidalgo de "falta de estrategia" y "debilidad" que han generado "bandazos", que concreta en la falta de respuesta contra el Gobierno a su reforma laboral de 2001, la firma del pacto de pensiones sin UGT o el descuelgue de la huelga de dos horas contra la guerra de Irak.

El sector de Benito sostiene que Fidalgo "no ha sido capaz de legitimarse con solidez para afrontar un nuevo mandato". Su conclusión es que "otra dirección es posible y necesaria", que el antiguo número dos se propone liderar, "si no hay una lista de consenso".

Dirigentes de la mayoría consideran que ese documento "no contiene propuestas sindicales; es una revancha y un repaso de agravios". La líder de Banca, María Jesús Paredes, sospecha que a Benito "no le salen las cuentas" para tener apoyos suficientes como secretario general, "y por eso busca un puesto como consejero de Caja Madrid". Otros dirigentes han calificado como "incongruente" que Benito opte a ambas responsabilidades, aunque no es incompatible para los estatutos del sindicato. Agustín Moreno está en contra de que se pueda producir esa coincidencia y cree que "debería ser más incompatible para un sindicalista ser consejero de una empresa que, por ejemplo, ser concejal".

Los críticos también han elaborado un documento de reflexiones para el congreso de abril y mantienen con el sector de Benito "coincidencias puntuales" en "la defensa de la democracia interna y el respeto a la representación proporcional" y, sobre todo, con vistas a una futura reforma de las pensiones. En su criterio, la dirección mantiene una posición muy ambigua en relación a los cambios en el periodo de cálculo de las prestaciones de la Seguridad Social, que para este grupo puede suponer "un severo recorte de las pensiones". En cuanto a las relaciones entre los dos sectores de oposición del sindicato, Agustín Moreno asegura que "existen coincidencias puntuales, alianzas no hay".