Aparentes cambios en Marbella
El nuevo gobierno municipal sustituye los colores empleados por Jesús Gil como emblemáticos pero hereda su doctrina urbanística
Un mes después de la moción de censura contra el anterior alcalde de Marbella, Julián Muñoz, pocas cosas parecen haber cambiado en el Ayuntamiento de esa ciudad de la Costa del Sol. El nuevo equipo de gobierno, formado por tránsfugas del GIL, PSOE y PA, parece más preocupado en desacreditar a Muñoz que en desmarcarse de Jesús Gil y de su política urbanística.
Aunque han paralizado dos obras autorizadas por Muñoz y afirman que han denegado hasta 40 licencias, la readmisión indisimulada del que fue el máximo colaborador de Gil y Gil, Juan Antonio Roca, y el recurso contra la anulación por parte de la Junta de Andalucía del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de 1998 plantea muchas dudas.
No hay indicios de una evolución positiva en la situación del Consistorio, según la Junta y el PP
"No vamos a conceder ninguna licencia de obras contraria al plan de 1986 [el único vigente]", afirmó a finales de agosto la edil expulsada del PSOE y primer teniente de alcalde, Isabel García Marcos. Sin embargo, cada nuevo paso del gobierno local en materia urbanística refleja justo lo contrario. De hecho una de las primeras actuaciones de los tránsfugas ha sido, además de recurrir la anulación del Plan General de Ordenación Urbana de 1998, ordenar que los informes jurídicos sobre licencias de obras se den conforme a este texto, elaborado por Gil y Gil y rechazado en tres ocasiones por la Junta de Andalucía, y que se "especifique en qué apartado" de la resolución de la comisión de Urbanismo -que denegó una parte del plan de 1998, suspendió otra y asumió el resto- "se incluye el suelo objeto del informe".
Este subterfugio les permitirá, según la oposición, dar licencias que se incluyan en esta "parte aprobada", pese a que todo el documento fue suspendido por la Junta a la espera de un texto refundido que Jesús Gil nunca llegó a realizar. García Marcos opina, sin embargo, que se trata de una decisión "llena de sentido común" e insiste en que ello no implica que vayan a autorizar obras en base al plan de Gil. "Se trata", dice, "de que si prospera el recurso contra la anulación del PGOU tengamos ese tiempo ganado".
Claro que García Marcos también aseguró, la última vez hace dos días, que Juan Antonio Roca, el gerente de Urbanismo cesado por Julián Muñoz, se reincorporó a su puesto después de que el Juzgado de lo social determinase que su despido fue "improcedente", un hecho que no llegó nunca a producirse. El gobierno local simplemente se retractó ante el Cemac y aceptó el regreso a su puesto de Roca, al que la alcaldesa Marisol Yagüe, afín a Jesús Gil, define como el "mejor técnico de Andalucía" y al que se atribuyen todos los convenios de la era del ex presidente del Atlético de Madrid.
Para el delegado del Gobierno de la Junta en Málaga, Luciano Alonso, la nueva corporación presidida por Marisol Yagüe "coincide con los planteamientos del Grupo Independiente Liberal y repite los mismos esquemas" que cuando Jesús Gil ocupaba la alcaldía. "No hay ningún indicio que permita albergar ninguna esperanza sobre una evolución positiva en la situación institucional y política de Marbella", asegura también el concejal popular Rafael de la Fuente. "Los cambios aparentes no dejan de ser nada más que unas operaciones de maquillaje más o menos hábiles", añade.
En cualquier caso, las promesas del equipo de gobierno han hecho que asociaciones, entre ellas El Pinillo, soliciten que se revoquen dos licencias ilegales aprobadas por Muñoz, que infringen el planeamiento de 1986. Según esta plataforma vecinal, la alcaldesa les ha dicho que las obras se enmarcan dentro de la parte aprobada del PGOU de 1998, un argumento que recuerdan ya utilizaba Julián Muñoz.
Entre tanto, el gobierno local anuncia la sustitución en el color de los vehículos policiales y en los bordillos de las aceras, que Gil pintó de azul y que ahora serán blancos; la renovación del eslogan turístico Marbella, un estilo de vivir; la sustitución de las estatuillas del arco de la ciudad que el ex alcalde daba a los visitantes ilustres, por medallas o llaves del municipio; y cambios en la dirección, color y cabecera del periódico municipal, La Tribuna, y en el resto de los medios de comunicación municipales.
La destitución hace dos semanas de Martín Hidalgo, antiguo director de La Tribuna y hombre totalmente fiel a Jesús Gil, ha impreso un ligero cambio en este rotativo que se distribuye gratuitamente por todo el término municipal. El periódico, que mantiene titulares favorables al equipo de gobierno y en contra de la disolución del consistorio, ha eliminado los insultos a la oposición y ha optado por una forma más sutil de publicidad política de los responsables políticos del Ayuntamiento de Marbella.
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