La clase

Son casi las siete de la tarde y ya descanso de la paliza pirenaica en la cama de mi habitación. La carrera, bueno mejor dicho, los primeros han terminado hará una hora y media. ¿Y qué es lo que sé yo en este momento de lo que ha ocurrido entre los primeros? Pues más bien poco, esa es la verdad.

Bueno, sé que ha ganado Valverde, que alguien que llevaba enchufada la radio lo ha dicho en el grupetto cuando estábamos a unos cinco kilómetros de la meta. Poco después, nos hemos cruzado con Sevilla que bajaba en busca de su hotel, y por si acaso no nos habíamos enterado, se ha encargado de pregonarlo: ¡Hemos ganado, ha ganado Valverde!. También sé que al final iba un compañero mío escapado con Piepoli, pero que éste no colaboraba, y al final el grupo les ha terminado por cazar. ¡Ah, sí!, y sé también que ha habido una caída, pero no se de quién ni dónde ni cómo. Y para de contar. Ustedes han visto la etapa por televisión, quizá puedan contarme algo más.

En el grupetto, al enterarnos de la victoria de Valverde, ha habido unanimidad de opiniones. Ese chaval tiene mucha clase, ha sido lo más repetido. Como también la tiene mi compañero Musseuw, que no está en esta vuelta. Johan es al ciclismo belga lo que Indurain al español, es decir, el mayor fuera de clase de los últimos años. Yo le suelo observar a ver si se me pega algo, pero no sé no sé. Dejémoslo en que Valverde tiene mucha.