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Crónica:AUTOMOVILISMO | Gran Premio de Italia de fórmula 1
Crónica
Texto informativo con interpretación

Schumacher tiñe Monza de rojo

El alemán de Ferrari protagoniza la carrera más rápida de la historia y se reencuentra con el triunfo después de cinco citas fallidas

Ramon Besa

El Campeonato del Mundo de fórmula 1 se despidió ayer de Europa con un triunfo incontestable de Ferrari en su casa de Monza. Volvió a ganar Michael Schumacher, cinco veces campeón del mundo, después de cinco carreras de abstinencia y tres sin subir al podio, y Rubens Barrichello le pudo a Kimi Raikkonen en la pugna por la tercera plaza. Emparedado entre los dos ferrari, rodeado de tifosi por todas partes, con los ingenieros de la escudería italiana presionando a la Federación Internacional de Automovilismo hasta conseguir cambiar el grosor de los neumáticos, Juan Pablo Montoya firmó un segundo puesto que le mantiene a rebufo de Schumacher, líder con tres puntos de ventaja sobre el colombiano y siete sobre el finlandés, a falta de dos carreras -Indianápolis y Suzuka- para el banderazo final.

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El Gran Premio de Italia, al fin y al cabo, fue escrupuloso con el orden de salida. La carrera respetó las cinco primeras plazas de los entrenamientos. Schumacher, que no ganaba desde el Gran Premio de Canadá, disputado el 15 de junio, dominó de principio a fin, acosado únicamente por Montoya hasta las últimas vueltas, cuando el williams del suramericano se fue retrasando con la misma celeridad que antes se había acercado al alemán, especialmente en la salida y después de las dos paradas que ambos realizaron en los talleres antes de completar 53 vueltas.

Schumy se defendió nada más salir, en la segunda curva, del intento de adelantamiento de Montoya, cuando sus coches se tocaron durante unos metros en una maniobra escalofriante a más de 300 kilómetros por hora, y desde entonces su ventaja sólo fue inferior al segundo entre la vuelta 28ª y la 30ª.

Los pilotos doblados y la estrategia no jugaron precisamente a favor de Williams, que parecía partir con el mejor motor y tuvo que entregar la victoria a Schumacher en la 14ª prueba del calendario, la antepenúltima del año. El mano a mano entre Schumacher y Montoya, los dos pilotos que también compiten por el título, sólo se vio ensombrecido a mitad de carrera por el duelo que mantuvieron, a sus espaldas, Barrichello y Raikkonen, resuelto a favor del brasileño. Ferrari salió vencedor de los dos enfrentamientos y recuperó el animo perdido "en un momento crucial", como recordó Jean Todt, el director deportivo de Ferrari.

A la que la scuderia ha vuelto a tensar el circo con sus reivindicaciones -consiguió que los neumáticos se midan antes y después de las carreras para controlar un desgaste que entendía que beneficiaba a su rival, Michelin- y exigir responsabilidades a cada uno de los componentes de su equipo, la respuesta ha sido la de un campeón que aspira a renovar el título de marcas -le separan cuatro puntos de Williams, justamente los que consiguió Marc Gené- y el de pilotos: Schumacher quiere ser el primero en ganar seis campeonatos.

A juzgar por la alegría que exhibió en el podio después de reencontrarse con el triunfo -el 69º de su carrera, el quinto de la temporada, el 50º con Ferrari y el cuarto en Monza-, Schumacher se siente en condiciones de revalidar el título. Un dato avala su voracidad: ayer batió un récord histórico en 53 años de competición, el del gran premio más rápido, con 247,585 kilómetros por hora de media frente a los 242,615 en 1971, siempre en Monza, logrado por el británico Peter Gethin (BRM).

"Es uno de los días más felices de mi vida", afirmó Schumacher, dichoso por verse rodeado de una marea roja; "gané a Montoya cuando intentó pasarme en una acción tan exigente como correcta y después en la meta. El Mundial está muy abierto". Los tres puntos que le separan de Montoya, felicitado antes de la carrera por el presidente de su país, Álvaro Uribe -"usted ya es el mejor del mundo"- convierten al colombiano en una seria alternativa mientras que Raikkonen, distanciado en siete puntos del alemán, confía en limar la diferencia en dos circuitos que parecen más favorables a McLaren. A la espera de Estados Unidos, en cualquier caso, Schumacher sigue siendo el rey. "Hoy logramos la perfección: pilotos y coches", remachó el presidente de Ferarri, Luca di Montezemolo; "gracias a todos".

Michael Schumacher, feliz en el centro del podio.
Michael Schumacher, feliz en el centro del podio.REUTERS

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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