_
_
_
_
_
Crónica:AUTOMOVILISMO | Gran Premio de Italia de fórmula 1
Crónica
Texto informativo con interpretación

Alonso, soberbio; Gené, perfecto

El asturiano sale el último, protagoniza una gran remontada, es octavo y suma un punto mientras que el catalán acaba quinto

Ramon Besa

Fernando Alonso (Renault) acreditó en Monza, en el Gran Premio de Italia de fórmula 1, su carácter de piloto excepcional en la misma medida que Marc Gené exhibió una fiabilidad asombrosa. Condenado a partir el último, a competir con un chasis muy tocado y un motor inferior al de su compañero de equipo, Jarno Trulli, el asturiano no paró hasta que en la última vuelta alcanzó el octavo puesto y sumó un punto que le permite mantenerse igualado en la clasificación del Campeonato del Mundo con Rubens Barrichello y situarse a tres de Ralf Schumacher.

La suya fue una remontada soberbia y, al cabo, se ajustó a las exigencias del propio Alonso. Puesto que no podía ser el quinto, como habría sido su deseo en caso de no haber tenido problemas eléctricos en los entrenamientos oficiales del pasado sábado, aspiraba a acabar la prueba y, en último extremo, a entrar en los puntos. Y lo consiguió en la última vuelta.

Alonso: "Quizás he hecho la mejor carrera del año. He puntuado por constancia y trabajo"
Más información
Schumacher tiñe Monza de rojo

El correr trepidante de Alonso, eliminando rivales, contrastó con la fiabilidad de Gené, que, en su regreso a la competición después de casi tres años -disputó su última carrera en Malaisia 2000 con Minardi- acabó en el mismo puesto que había salido: el quinto. En su 34ª carrera, el catalán respondió magníficamente tanto a las exigencias del equipo Williams, que pudo mantener su liderato en la clasificación de los constructores, como a las suyas.

Gené, que lideró la prueba en la vuelta 34ª, al taponar a Michael Schumacher antes de pararse en boxes,

se mantuvo siempre en la cabeza del segundo pelotón, por detrás de los ferrari de Juan Pablo Montoya y Kimi Raikkonen y pugnando por atrapar también a David Coulthard, que se retiró a siete vueltas del final, después de que se le hubiera colado en la salida por una maniobra del italiano Trulli, igualmente fuera de la carrera a las primeras de cambio por un problema hidráulico.

El abandono del escocés permitió a Gené, sustituto del lesionado Ralf Schumacher, pasar del sexto al quinto puesto, ser el último en acabar en la misma vuelta que el ganador y sumar sus primeros cuatro puntos, más que en toda su carrera con Minardi -logró un punto en Nürburgring-, en la mejor clasificación de su vida.

"Soy feliz", comentó Gené, de 29 años y que debutó en la fórmula 1 en Australia 99 junto a Pedro Martínez de la Rosa, que en 2001 también fue quinto en Monza. "Era de esperar que tuviera una buena actuación, ya que contaba con uno de los mejores coches", prosiguió; "he tenido un problema en la salida con Trulli que me ha costado perder dos puestos [también le superó el francés Olivier Panis], pero después la carrera ha ido muy bien". Y remachó: "Mi objetivo era evitar errores y aguardar a ver si corro en Indianápolis o bien lo hace Ralf [Schumacher] y continúo como piloto de pruebas".

Más dichoso se mostró con su actuación Alonso. "Estoy muy contento", proclamó; "quizás he hecho la mejor carrera del año. En Hungría salí bien y gané mientras que en Italia he partido el último y he puntuado por constancia y trabajo. He hecho una carrera muy buena".

Ganador de la última prueba, disputada en Budapest, Monza fue una tortura para Alonso. Para empezar, y en una decisión controvertida si se atiende a la clasificación, Renault decidió sortear entre sus dos pilotos el nuevo y único motor de que disponía, superior en 25 caballos al habitual, y Trulli fue el afortunado. Después, en la sesión oficial de entrenamientos del sábado, el coche del asturiano se quedó sin tracción por un problema eléctrico, circunstancia que le relegó al último puesto de la parrilla de salida, preferible en cualquier caso a los boxes porque confiaba en ganar varios puestos en el arranque.

Ocurrió, sin embargo, que, al iniciarse la carrera, el Jaguar del británico Wilson se quedó parado, Verstapen se desvió para evitarle y el monoplaza de Alonso se montó prácticamente encima del Minardi del holandés. Tuvo que pasar el español por los talleres cuando no se había cumplido la primera vuelta y aguardar a que le examinaran el coche, le cambiaran el morro, le echaran gasolina y recomenzase la carrera.

Pese a que conducir no era fácil con tanto combustible a cuestas, con el alerón dañado y procurando que los neumáticos se desgastaran lo menos posible, Alonso fue remontando hasta que en la vuelta 16ª se saltó la segunda variante y perdió un deflector lateral. A partir de entonces, sorprendentemente, su monoplaza mejoró y se situó el décimo a falta de dos vueltas para acabar. Los problemas de Frentzen le permitieron luego alcanzar el noveno puesto para después competir con Heidfeld y superarle en la última vuelta.

"Me arriesgué para ser el octavo y puntuar", argumentó Alonso; "acabar el noveno no servía de nada". Fue el único que no respetó la jerarquía de los entrenamientos. Si Ferrari impuso su mejor aceleración y punta de velocidad y l Schumacher fue el mejor, doblándole, Alonso exhibió un pilotaje excepcional y permitió que por vez primera puntuaran dos españoles.

Marc Gené, al volante de su Williams BMW.
Marc Gené, al volante de su Williams BMW.ASSOCIATED PRESS

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_