Hallados restos de pasajeros de la avioneta siniestrada en Madeira
Las autoridades portuguesas desconocen aún la causa del accidente
Dos días después del accidente de una avioneta privada que causó la muerte a nueve españoles y a un piloto británico en la isla de Madeira, las autoridades portuguesas desconocen las causas de la tragedia. Los equipos de rescate hallaron ayer trozos del avión, ropas y restos humanos. Éstos fueron depositados en una zona de la isla acordada con Protección Civil, según la Oficina de Información Diplomática. Los familiares de las víctimas españolas han decidido esperar en Málaga a que termine el rescate.
Los indicios sobre la causa del accidente apuntan a un fallo en el bimotor que el piloto no consiguió comunicar a la torre de control. Una empleada del aeropuerto contó a este periódico que el aparato giró ligeramente a la izquierda, luego desapareció y se oyó enseguida un enorme ruido. La misma persona, que la noche del jueves, cuando el avión se estrelló en el mar, se encontraba en el mirador de São Lourenço, muy cerca del lugar de accidente, asegura que no hubo ninguna explosión.
Esta versión de lo ocurrido no coincide con la opinión de algunos expertos en aviación citados por los medios de comunicación portugueses que defendían que un incendio seguido por una explosión debió de ser la causa del accidente. Por otra parte, los responsables de la investigación avanzan que será difícil llegar a conclusiones porque estos aparatos carecen de caja negra.
Tanto los responsables del aeropuerto de Funchal como el Gobierno regional de Madeira reiteraron ayer que, "con toda seguridad", el siniestro del Beechcraft 200, propiedad de una empresa estadounidense de leasing con sede en California, no se debió a las especiales características del aeródromo.
"Peligrosidad"
En un comunicado, el Gobierno local rechazó que la "peligrosidad"
del aeropuerto, muy destacadas por la prensa española, sea una de las causas del accidente. "Han sido publicadas afirmaciones sin ninguna base técnica, perjudicando la imagen de la Región de Madeira, lo que compromete un destino turístico que cada vez se impone más por sus potencialidades, seguridad y calidad", agrega la nota, que subraya que el avión cayó al mar a ocho kilómetros del aeropuerto y que "por consiguiente, no tiene nada que ver" el accidente con las instalaciones aeroportuarias. Añade que el día del siniestro las condiciones meteorológicas eran "excelentes".
El aeropuerto de Funchal es considerado uno de los más peligrosos del mundo por la mayoría de los pilotos, pero sus responsables no se cansan de decir que la noche del jueves las condiciones de visibilidad eran óptimas y que desde 1977 no se registraba una tragedia como ésta.
La falta de experiencia en situaciones de este tipo en la región parece estar provocando muchas dudas y problemas también a los equipos de rescate, que desde la noche del jueves intentan encontrar restos del avión y los cuerpos de las 10 personas que perdieron la vida en el accidente, tres de ellas niños y todos vecinos de Málaga.
El viernes sólo fue hallado el cadáver, mutilado, de una mujer en un islote cercano a la Ponta de São Lourenço, en el extremo este de la isla, donde cayó el bimotor.
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