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Columna
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Estaciones

Las estaciones del año que se utilizan como metáfora de la edad humana son la primavera, como esplendor, y el otoño como decadencia. El invierno sugiere más el frío que una época de la vida; tiritonas como las que pasan en esta ciudad los visitantes que vienen de lugares en los que hace verdaderamente frío. Creo que se debe a que, como sus casas están tan calientes, no se ponen camisetas.

El verano podría tener alguna analogía literaria por aquello de la madurez de la fruta, pero no recuerdo haber oído decir que alguien esté en el verano de su vida. La primavera, en cambio, se usa frecuentemente y casi siempre en femenino: la primavera de una joven como una rosa abierta. En un joven puede resultar todavía más cursi que en una muchacha.

El otoño que se nos avecina es la mejor estación del año en Sevilla; fresco, animado en la calle y acogedor en el hogar.

Se estrenan los cursos de los estudiantes, las películas, las obras de teatro y los conciertos; una verdadera renovación del año, mayor que la que tiene lugar en enero.

En una persona, sin embargo, tiene un sabor nostálgico y romántico. Casi todo el mundo se lleva bien con su edad, pero a nadie le gusta estar en el otoño de su vida. Un recuerdo para Vicente Tortajada que nunca pasó por ese otoño: se nos fue en la fiesta del verano.

En este momento real, las 14 horas. De un sábado de septiembre, un camarero me rellena el vaso para "echarle un poquito de gracia a la cerveza que está dormida". Una metáfora magnífica que, quienes vivimos nuestro otoño, podríamos aplicar a nuestras vidas para despertar a lo que aún tiene que llegar.

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Dijo Borges que es muy raro pensar que, de los tres tiempos en que hemos dividido el tiempo, en pasado, presente y futuro, el más difícil e inasible sea el presente. "Tan inasible como el punto. Porque si lo imaginamos sin extensión, no existe; (...) vendría a ser un poco el pasado y un poco el porvenir".

"El presente no es un dato inmediato de nuestra conciencia". Pero aunque sea como pasado y porvenir, sobre todo si se trata de nuestro otoño, no debemos perdérnoslo.

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