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Entrevista:JOAN OLIVER | Director de TV-3

"Si gana el PSC TV-3 cambiará menos de lo que la gente cree"

Joan Oliver (Barcelona, 1955) lleva 11 años en TV-3 y uno y medio como director. Llegó al cargo procedente del programa Bon dia Catalunya en medio de una profunda crisis que culminó con la marcha del entonces director general de la Corporación Catalana de Radio y Televisión (CCRTV), Miquel Puig, que pocos días después de nombrar a Oliver, próximo ideológicamente a CiU, se vio obligado a dimitir por presiones del Gobierno catalán. A Oliver, le ha tocado gestionar las celebraciones del 20º aniversario de la puesta en marcha de la cadena. Unos festejos no exentos de polémica, que la oposición ha exigido que no se utilicen políticamente ante la proximidad de las elecciones.

Pregunta. TV-3 cumple 20 años como líder de audiencia y siendo una televisión apreciada, pero ¿no cree que el importante déficit que arrastra empaña la celebración?

"Aunque la gente piense que un director de televisión tiene un poder ilimitado, eso no es así"

Respuesta. Tanto en el ejercicio pasado como en éste TV-3 ha tenido superávit, del orden de los 20 millones de euros al año, gracias a las aportaciones del contrato programa, que se firmó en 2002 y que incluye ayudas públicas destinadas a cubrir las tareas de televisión pública que desempeñamos.

P. ¿Y qué hay de los 700 millones de euros de déficit histórico?

R. Ése es fruto de que durante años la Administración de turno les ha dicho a los responsables de las televisiones públicas: ustedes vayan gastando que ya lo arreglaremos. Pero eso se lo ha dicho la Administración catalana a la televisión catalana, y la española, la valenciana, la andaluza... a las correspondientes cadenas. Y éstas todavía están en la misma dinámica: el endeudamiento, mientras que nosotros no. El Gobierno catalán, a partir de 2005, tiene el compromiso de ir saneando la deuda.

P. ¿Considera que es justo para el contribuyente que, con esta situación económica, TV-3 gaste cantidades astronómicas en los derechos del fútbol?

R. El fútbol es un producto televisivo como otro cualquiera. Lo que nos gastamos en fútbol es menos de lo que nos gastamos en películas o en series extranjeras. El fútbol, la ficción, los informativos... La televisión, en definitva, es cara. El problema es que a veces en el tema de los derechos del fútbol se confunde lo que reciben los clubes con el saldo que nos queda. Me explico: TV-3 tiene tres papeles. Compramos los derechos a los clubes, pero no nos los quedamos sino que los ponemos en un saco común que se llama Audiovisual Sport -sociedad en la que participamos con un 20% del capital-, que tiene los derechos de los equipos de Liga. Esta empresa nos paga lo que hemos pagado a los clubes. Y tenemos aún un tercer papel, el que ejercemos como FORTA (la agrupación de las televisiones autonómicas). A través de ella compramos los partidos. Al final, nos gastamos en fútbol menos de 20 millones de euros al año, no llega al 10% de nuestro presupuesto, y eso nos parece razonable, teniendo en cuenta el retorno que obtenemos en audiencia y en prestigio.

P. TV-3 ha ejercido un papel indiscutible como herramienta de normalización del catalán, pero ¿no cree que sus contenidos no siempre han tenido en cuenta a una parte importante de la población como son los inmigrantes, que se ha podido sentir excluida?

R. Eso no ha pasado. Lo que nos dicen los datos de audiencia es que el 52% del total de la audiencia conecta con TV-3 en algún momento del día. El mismo dato correspondiente al resto de las cadenas arroja un porcentaje del 54% de media. Eso significa que si hay telespectadores que no ven TV-3, por la lengua o por los contenidos, representan sólo el 2%. Aparte de las cifras, nuestra percepción nos dice que cuando nació TV-3 sí que había gente para la que la lengua era un obstáculo, pero este grupo ha ido disminuyendo a lo largo de los años. Según las encuestas, TV-3 es la televisión que la mayoría tiene como referencia, incluso más allá de la realidad.

P. ¿Por qué piensa que TV-3 está tan bien valorada en general?

R. La televisión es elección, pero también prestigio. Cuando se pregunta a los telespectadores qué programas ven, hay más que responden que los documentales de La 2 que Salsa rosa, por ejemplo, pero los datos de audiencia demuestran que eso no es así. La gente dice lo que queda bien. Y esta batalla TV-3 la tiene ganada, al menos hoy por hoy.

P. Usted ha recibido críticas en el sentido de que, a pesar de no estar a punto, ha lanzado el canal 3/24 por razones políticas: la inminencia de las autonómicas.

R. Un proyecto así si no se marca una fecha cuesta mucho de poner en marcha. Nos pareció que el 20º aniversario de TV-3 era una fecha extraordinaria. Además, yo decido cuándo lanzo un canal, pero no tengo la facultad de convocar unas elecciones. Aunque la gente piense que un director de televisión tiene un poder ilimitado, eso no es así. Y, en este caso, créame, no hay ningún interés más que aprovechar el aniversario.

P. ¿Qué aventura usted que cambiará en TV-3 si las próximas autonómicas las gana el PSC?

R. Ni idea. Pero, en todo caso, menos de lo que mucha gente se piensa. En TV-3 hay unos excelentes profesionales -unos 2.000-, que funcionan mucho a través del trabajo en equipo. El trabajo de la dirección es más de coordinación e impulso que otra cosa. Esta filosofía está muy arraigada en la estructura de esta casa. TV-3 es un transatlántico y los transatlánticos no cambian fácilmente de rumbo.

P. Sí, pero mientras al director de TV-3 lo elija el Gobierno se mantendrá la sospecha de que puede recibir presiones.

R. La sospecha se da en círculos reducidos. Cuando hacemos encuestas sobre la credibilidad de TV-3 -los catalanes tenemos la gran suerte de ver cómo funcionan otras televisiones públicas y privadas y podemos comparar-, comprobamos que la gente tiene la percepción de que no está políticamente desviada, porque ve otras cadenas que lo están mucho más.

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