Mas busca en Cabra el voto de origen andaluz

En Cataluña residen aproximadamente un millón de personas de origen andaluz, y los nacionalistas catalanes saben que esta bolsa electoral les es reacia. Para corregir esta situación, Artur Mas, el candidato de CiU a la presidencia de la Generalitat, fue ayer a Cabra (Córdoba). Acudió allí acompañado por un ex diputado de CiU que emigró de esa ciudad a Barcelona a los 12 años, Rafael Hinojosa, y que hoy preside el Consejo Económico y Social, al que presentó como un ejemplo de lo que pueden prosperar los andaluces en Cataluña. A esto añadió un aviso para Pasqual Maragall, su rival socialista: "Cualquier intento de dividir a los catalanes por su origen o su apellido está condenado al fracaso".

Los nacionalistas quieren disputar a los socialistas el voto de los electores catalanes originarios de otras partes de España, una batalla simétrica a la que los socialistas libran con CiU en las comarcas del interior de Cataluña por el voto del catalanismo moderado. Maragall afirmó la semana pasada que ha llegado la hora de que Cataluña sea gobernada también por "los otros catalanes". Desde entonces Mas ha redoblado sus esfuerzos para aproximarse a esas capas de población.

Los originarios de Cabra en Cataluña son nada menos que unas 10.000 personas, lo que representa cerca de la mitad de su población actual. La colonia egabrense es particularmente activa en Santa Coloma de Gramenet, la ciudad del extrarradio barcelonés cuya ex alcaldesa Manuela de Madre, también andaluza emigrada a Cataluña en su infancia, acompañará a Maragall en la candidatura de las elecciones autonómicas.

Cabra celebraba ayer el Día del Egabrense Ausente, una conmemoración que coincide con las fiestas de la ciudad y que lleva a ella a representantes de entidades de la emigración. También de Cataluña. El alcalde, Ramón Narváez, del Partido Andalucista (PA), invitó a Mas a participar en este acto. Y el conseller en cap aprovechó la ocasión para lanzar su mensaje. "Todos somos catalanes, unos por origen y otros por adopción", dijo, "pero cuando nosotros hablamos de los proyectos de futuro de Cataluña, hablamos de proyectos que los incluyen a todos, sin excepción".

El discurso de Mas en Andalucía marca una diferencia con el que había pronunciado la víspera en Barcelona, en la entrega de banderas catalanas a entidades de inmigrantes procedentes del extranjero. A éstos, Mas les agradeció que hubieran querido participar en un "acto de adhesión a Cataluña". Y les agradeció también que hubieran elaborado un manifiesto en el que piden a las administraciones y a la población que les hablen en catalán, porque de esa forma favorecerán su integración en la sociedad de acogida.

El tratamiento que Mas dio ayer a los inmigrantes de origen andaluz, y de otras partes de España, fue otro. El conseller en cap dio por hecha la integración de los inmigrantes de hace 50 o 60 años. Agradeció que muchos egabrenses "se hayan sabido integrar en Cataluña y hayan hecho suya la identidad catalana" e insistió repetidamente en que "en la Cataluña de hoy todos somos catalanes" y en que "los seis millones y medio de ciudadanos de Cataluña somos un solo pueblo". Mas puso el ejemplo de Hinojosa, allí presente junto con su esposa, aunque su caso ha sido más bien una excepción en el mundo de CiU: únicamente el 5,2% de los consejeros de los sucesivos gobiernos de Jordi Pujol desde 1980 nació fuera de las tierras de lengua catalana. Y entre los diputados autonómicos de CiU, el porcentaje es aún más bajo: el 3,4%, cuando la media de los partidos catalanes es del 9,6%.

Réplica

Con estas afirmaciones Mas replicaba las recriminaciones de Maragall al Gobierno de CiU, al que el líder socialista atribuye no haber tenido en cuenta a los emigrantes en los 23 años que lleva gobernando en la Generalitat.

Las palabras de Mas fueron agradecidas por el consejero de Turismo de la Junta de Andalucía, Antonio Ortega, que es también secretario general del PA y que defendió ante los asistentes que el amor de Mas por Cataluña es el mismo que el suyo por Andalucía. Mas se había cuidado de introducir en su intervención la afirmación de que CiU no aboga para nada por la ruptura de España.

El aspirante a heredero de Jordi Pujol descalificó la declaración del PSOE sobre el modelo autonómico adoptada el día 30 en Santillana de Mar, a pesar de que en ella se garantiza el apoyo de los socialistas españoles a las reformas de los estatutos de autonomía. Pero utilizó también términos idénticos a los empleados por el PSOE para afirmar que su pretensión es conseguir un Estado español "en el que todos sus pueblos puedan sentirse cómodos". Y añadió, por si no quedaba claro: "Nuestro proyecto no es cargarnos el Estado español".