La tercera vuelta de tuerca

Explica Jean François Chevrier en una entrevista hecha por Juan Vicente Aliaga para el catálogo de Micropolíticas: "El arte contemporáneo en su vertiente institucional es el ámbito de los negocios, habida cuenta de algunos márgenes permitidos para mantener un poco de juego. En tales circunstancias, es evidente que existe muy poco espacio para un verdadero pensamiento crítico y para el ejercicio de la función intelectual que acompaña al pensamiento crítico. La estructura institucional del arte moderno no es revolucionaria". Esto es, precisamente, lo que ocurre en la ciudad de Castellón, donde ha venido funcionando desde hace cuatro años un espacio donde ha sido posible ese verdadero pensamiento crítico -del que habla el teórico francés- a una ambiciosa escala de verdad, pese al conservadurismo de la estructura subsecretaría de promoción cultural de la Generalitat Valenciana de la que depende. Cerrada la etapa de José Miguel Cortés queda poco más que hacer un corolario de esta última exposición tripartita, en la que el poco juego que se le permite a la crítica ha ido comandado por María Corral, Juan Vicente Aliaga y el propio Cortés. El proyecto Micropolíticas ha tratado de incidir en la noción de lo cotidiano entendido como algo transformador y subversivo del statu quo a través de obras de artistas tan importantes y reconocidos como Chantal Akerman, Pepe Espaliú, Louise Bourgeois, Cindy Sherman, Robert Gober, Nan Goldin, Ilya Kabakov, Barbara Kruger, Annete Messager o Bruce Nauman, trabajos que se enmarcan entre dos fechas separadas por 33 años, el Mayo francés y el hundimiento de las Torres Gemelas el 11-S. En ese sentido, el catálogo que ilustra la trilogía queda como brillante testimonio de un trabajo casi clandestino en el marco de la macropolítica paranoica y torpe que promueven los taifas valencianos.

En esta exposición son relevantes y archiconocidas las formas antropomórficas de Bourgeois, con Janus in leather jacket (1968), la perfección de la muerte retratada por Larry Clark (Tulsa, 1972), el feminismo transgresor de Valie Export, Yakoi Kusama, Boris Mikhailov y Hannah Wilke (Tapp und Tatskino, 1968, Love i Festival, 1969, Calendar series, 1969, Marxism & Art, 1977), las abyecciones de Mike Kelley y Paul McCarthey (The banana man, 1983, Fresh Acconci, 1995), las pulsiones eróticas en los dibujos de Annette Messager (Les Effroyables aventures d'A. M. Truqueuse, 1974-1975), la narrativa disoluta de Hélio Oiticica (Cosmococa, 1973), los Corredores (1970) de Bruce Nauman, el accionismo sentimental y sangriento de Gina Pane (1973) y la plana ambigüedad de Carlos Pazos (Voy a hacer de mí una estrella, 1975). Desde estas páginas deseamos que más allá de los gestos, las micropolíticas que crean las diferencias consigan perdurar tanto fuera como dentro del marco.